Hay sorpresas de cumpleaños que conmueven y llegan al corazón, pero como esta pocas porque esta mueve fronteras. Es el regalo de cumpleaños de un abuelo a su nieto de cuatro años: una serenata desde el otro lado del río que les separa.
Ambos se encuentran en la frontera entre México y Estados Unidos, cada uno a un lado. La imagen es conmovedora, desde un lado de la frontera, el abuelo le canta Las Mañanitas a su pequeño nieto. El hombre se encuentra en Estados Unidos y no puede desplazarse para ver a sus hijos y nietos debido a su estado migratorio. Por eso, armado con un teclado y un megáfono, le ha querido dejar claro al niño que no hay frontera capaz de separar el amor que se tienen.
A ellos, unos metros les obligan a estar separados, y es precisamente esa distancia la que recorren cada día cientos de niños solos para intentar cruzar la frontera. Solo en el mes de marzo pasado, casi 19.000 menores lo intentaron.
Cada día llegan hasta la frontera de EEUU y México cientos de menores no acompañados que se quedan bloqueados, junto a otros miles de niños. Malviviendo, hacinados, en centros saturados. Y esto después de un durísimo viaje en el que muchas veces las mafias les abandonan a su suerte.
Como los dos pequeños que la guardia fronteriza localizaba aterrados y atrapados en el agua. Abandonados en la orilla del río encontraban a estos dos niños hondureños de 13 y 7 años cerca de la frontera de Estados Unidos con México. Habían sido separados de su madre cuando un adulto les prometió ayudarlos pero quedaron abandonados a su suerte.
Un drama migratorio que desafía a la administración Biden justo cuando en California han abierto un nuevo centro para menores migrantes con el fin de reagruparlos con sus familias.
Biden prometió un mejor trato, más humano, que su predecesor. Sin embargo, continúa aplicando una de las medidas de Donald Trump que permite expulsar sin autorización a muchos de los que cruzan la frontera.