La eutanasia y la legalización del cannabis han sido dos temas especialmente sensibles para la sociedad italiana en los últimos años. Desde hace meses, los promotores de un referéndum que diese las herramientas a la sociedad para decidir sobre ambas cuestiones han recogido más de un millón de firmas, en cada caso, para respaldar una solicitud que ahora acaba de ser negada por el mayor órgano judicial en el país: la Corte Constitucional. El presidente Giuliano Amato, recién llegado al cargo, en la rueda de prensa oficial en la que comunicaba el veredicto final, aludía a una serie de razones que han sido especialmente polémicas en las horas y días posteriores.
¿Las preguntas estaban mal escritas? Esa era la justificación que daba de forma pública, la forma en la que las cuestiones venían redactadas podrían generar situaciones fuera de la constitución, alegaba. Sus palabras sobre el referéndum del cannabis eran las siguientes: “Hemos declarado inadmisible el referéndum sobre las sustancias estupefacientes, no sobre el cannabis. La pregunta estaba articulada en tres partes secundarias y la primera preveía que desapareciera, entre las actividades penales castigables, el cultivo de las sustancias estupefacientes del 1 al 3 en la tabla, que incluyen algunas de las drogas duras como la coca. Esta razón sería suficiente para violar ya las normativas internacionales”, decía. Añadía que, encontrándose ya el fallo en el primer supuesto, todo lo demás venía invalidado automáticamente.
Pero hay otro tema aún más sensible para la población italiana, aún más encendido entre quienes lo defienden a modo de súplica: el de la eutanasia. En los últimos años en la “lucha por una muerte digna” en el país transalpino se han dado ya algunos pasos. En 2017 se consiguió el testamento biológico y en noviembre de 2021 se aprobaba el primer caso de suicidio asistido a un hombre tetrapléjico gracias a la apelación de la famosa sentencia de Dj Fabo, abriendo una nueva puerta judicial . Pero eso no frenó a la Corte Constitucional, a dar también carpetazo a esta propuesta de referéndum. Las palabras de Giuliano Amato apuntaban a que el error era que la pregunta hablaba del “homicidio del consintiente” y que hubiese legitimado situaciones muy lejanas a lo que se considera “eutanasia”. De nuevo, no era válido.
En ambos casos se acusaba un incorrecto uso de las palabra. Las críticas fuera de la Corte Constitucional eran las de haber tomado una decisión política y no sobre las bases de la justicia. Y los promotores de uno y otro referéndum, predominantemente asociaciones y partidos de izquierda, salieron a defender que el objetivo sería alcanzado, aunque ahora el camino parecía más largo. Marco Cappato, activista y ex eurodiputado italiano, la cara visible de la lucha por la eutanasia en Italia declara para NIUS la decepción tras la decisión judicial. “Era una gran oportunidad para ceder poder al pueblo y revitalizar la democracia italiana. Esta decisión es fruto de una interpretación totalmente restrictiva de la Constitución y los jueces han tomado un poder superior al que les corresponde”, declara. Añade que seguirán con sus acciones políticas y de desobediencia civil. Ayudarán a quién pida ayuda como han hecho hasta ahora, finaliza.
Los promotores declaran, además, que la redacción de la pregunta sobre el cannabis había sido de esa determinada forma porque la fina línea legal en la materia no dejaba otra opción. No hubiese sido posible llevar a cabo la legalidad con otro supuesto. En el caso de la eutanasia defienden que lo que buscaba era la despenalización parcial del homicidio del consintiente, y que estaba respaldada por la exclusión de casos muy bien delimitados (menores, enfermos mentales o personas forzadas al consenso), que continuarían siendo castigados. Era, sin embargo, defienden, una puerta abierta en la legalidad para muchos enfermos que sufren ahora mismo en Italia.
Se votaban además otros cuatro referéndums vinculados a la justicia, promovidos por la derecha, que sí han salido adelante. Las críticas de los expertos, también del abogado Alberto Figone, son que los temas más cercanos al pueblo, al final, han sido descartados. El desenlace deberá pasar ahora por el Parlamento y por los esfuerzos de la política italiana para dar luz verde al cannabis y a la eutanasia a través de los proyectos de ley que se preparan desde hace meses en la materia. El panorama internacional bélico no ayudará a apresurar algunos de estos temas sociales que la sociedad italiana pide desde hace años.