La decisión judicial que ha obligado a Novak Djokovic a salir del país ha sido acogida con satisfacción por el gobierno australiano, que se congratula por poder mantener, dice, sus fronteras seguras.
En el otro lado está la parte serbia. La prensa habla de escándalo y el presidente del país va aún más allá: además de mostrar su malestar ha llegado a calificar de "tortura" lo ocurrido con el tenista.
Y es que las reacciones tras la deportación no se han hecho esperar. El primer ministro australiano ha expresado en un comunicado su satisfacción por una decisión judicial "para mantener las fronteras fuertes y a los australianos seguros". Una posición que comparten muchos ciudadanos: "Estoy de acuerdo al cien por cien", dice una chica, mientras que otro hombre asegura que ocho de cada diez australianos habrían tomado la misma decisión.
Aunque tampoco faltan las muestras de apoyo en el país que le expulsa. Además, cuenta con la defensa incondicional de la prensa de su país: 'Novak, Serbia está contigo', 'La mayor vergüenza en la historia del deporte' o '¡Quieren quemar a Novak!' , titulan las principales cabeceras. Para la primera ministra, la decisión judicial es "escandalosa", y sus compatriotas hablan de vergüenza y de injusticia.
Algunos compañeros de profesión también se han pronunciado al respecto: la francesa Alizé Cornet denuncia en Twitter la falta de apoyo, el canadiense Vásek Póspisil habla de motivaciones políticas.