Actuaron cuando la pequeña y su madre estaban durmiendo en una estación de tren en Jharkhand, en la República de la India. Fue ese el instante en que dos hombres raptaron a la niña, de tan solo 3 años, y se la llevaron hasta perderse en el plano captado por las cámaras de seguridad de la zona.
Al despertar, la madre, aterrada, llamó a la policía para alertar de la desaparición. A ellos les contó que acababa de dejar a su marido y que viajaba a la localidad de Jamshepdur desde el distrito de Purulia con su nueva pareja, y que no encontraba a su hija, tal y como recoge Daily Mail.
Las autoridades iniciaron entonces una investigación que condujo al hallazgo del cuerpo sin vida de la pequeña, cerca de la comisaría de policía de Telco, en el área de Jamshedpur. Había sido decapitada, y los asesinos fueron presuntamente los dos hombres que se la llevaron: Rinku Sahu y su amigo Kailash, también en la treintena. El primero había salido de la cárcel recientemente tras cumplir condena, precisamente, por secuestrar a una menor e intentar matarla en 2015.
Según informa The Straits Times, citando palabras de un portavoz policial, ambos confesaron a las autoridades que “violaron, estrangularon y decapitaron a la niña”.
Sin embargo, el deleznable y horrible suceso no llevó solo al arresto de los dos violadores y asesinos. Las autoridades también efectuaron una tercera detención: la del hombre que era nueva pareja de la madre y de quien ella sospechaba –tal como dijo a la policía–, Monu Mandal, quien está siendo investigado por tráfico de menores.
El suceso se suma a una ola de agresiones sexuales, secuestros y abusos que no cesan en la India. Entre 2007 y 2016 se registraron casi 40.000 violaciones, y los sucesos atroces de violencia sexual no han dejado de reproducirse desde entonces en un país en el que especialmente las menores están una situación de extrema vulnerabilidad; una situación que exige mediación internacional e inmediata para poner freno a sucesos como este.