Una investigación exclusiva publicada por el diario The Guardian revela que los "inmigrantes de color o extranjeros" tenían prohibido desempeñar funciones en altos cargos dentro de la Casa Real británica al menos hasta finales de la década de 1960.
Esta primicia vuelve a reavivar el debate sobre el racismo dentro de Buckingham. Y es que, el pasado mes de marzo, el príncipe Enrique y Meghan Markle hicieran temblar los cimientos de la institución al revelar en una entrevista con Oprah Winfrey que un miembro de la familia preguntó antes de nacer su hijo, Archie, cómo de oscura sería la piel del bebé que esperaban.
Los documentos que ahora publica el rotativo también arrojan luz sobre cómo el Palacio de Buckingham negoció cláusulas controvertidas, que siguen vigentes hoy en día. En ellas, se exime a la monarca Isabel II y a su familia de las leyes que penan la discriminación racial y sexual.
Los papeles han sido descubiertos en los Archivos Nacionales como parte de la investigación en curso de The Guardian sobre el uso por parte de la familia real de un procedimiento parlamentario arcano, conocido como el consentimiento de la reina, para influir secretamente en el contenido de las leyes británicas.
Asimismo, desvelan cómo, en 1968, el director financiero de la reina informó a los funcionarios públicos de que, "de hecho, no era la práctica nombrar inmigrantes de color o extranjeros" para puestos en la oficina de la Casa Real, si bien sí que se les permitía trabajar como sirvientes domésticos.
No está claro cuándo se terminó con esta retrógrada práctica. El Palacio de Buckingham se ha negado a responder a las preguntas del diario sobre la prohibición y cuándo fue revocada. Sí que respondió, en cambio, que personas de orígenes de minorías étnicas estaban empleadas desde la década de 1990, y que antes de esa década no constan registros sobre los antecedentes raciales de los empleados.
En la década de 1960, los ministros del Gobierno intentaron introducir leyes que hicieran ilegal negarse a emplear a una persona por motivos de raza u origen étnico.
Isabel II ha permanecido exenta personalmente de esas leyes de igualdad durante más de cuatro décadas. La exención ha hecho imposible que las mujeres o las personas de minorías étnicas que trabajan en palacio puedan quejarse ante los tribunales si creen que han sido discriminadas.
En un comunicado, Buckingham no ha negado que la reina haya sido eximida de las leyes, y ha agregado que la monarca, de 95 años, tiene un proceso separado para escuchar las quejas relacionadas con la discriminación.
La exención de la ley entró en vigor en la década de 1970, cuando los políticos implementaron una serie de leyes de igualdad racial y sexual para erradicar la discriminación.
Tal y como recuerda The Guardian, gran parte de la historia de la familia está indisolublemente ligada al Imperio británico, que subyugó a personas de todo el mundo. Algunos miembros de la familia real también han sido criticados por sus comentarios racistas.