Los talibanes han tomado el control de Afganistán. 20 años después, el grupo ha anunciado que no permitirán que el país se convierta en un escenario desde el que se organicen ataques contra nadie, según ha señalado su portavoz, Zabihulá Muyahid. Sin embargo, han dejado claro que los derechos de mujeres y niñas, serán respetados, pero siempre dentro de los límites que marque la ley islámica.
Con la llegada de los talibanes llega por tanto el cumplimiento de la Sharia, o ley islámica, que es uno de los preceptos fundamentales del islam y, en algunos países, se utiliza a modo de "Constitución" como base elemental del sistema jurídico. Las fuentes de la Sharia son el Corán (el libro sagrado el Islam), el Hadiz (hechos históricos narrados), el Ijma ("consenso") y el Ijtihad ("esfuerzo"). Traducido al castellano, Sharia quiere decir "Camino a la paz" o, literalmente "Camino claro y bien transitado hacia el agua".
Para decidir cuáles de esas normas tendrán que aplicarse en el país estarán los ulemas, un consejo de académicos que marcarán el futuro de las mujeres en el país. Así, podrán decidir sobre cómo deben vestirse y si pueden salir o no de casa, trabajar o conducir.
Muyahid ha explicado que las mujeres serán "una parte muy activa" dentro de la sociedad afgana y que podrán estudiar y trabajar, pero siempre dentro de "los marcos del islam".
Unas premisas muy similares a las que ha utilizado para hablar de los medios de comunicación privados, que si bien serán "libres" e "independientes", no podrán actuar contra los "valores nacionales y culturales" de Afganistán.
Uno de los pilares fundamentales de la ley islámica es la vida familiar. Cuando habla del matrimonio, la Sharia impide rechazar está unión y permite que el hombre se case con hasta 4 mujeres (poligamia) siempre y cuando no sean hermanas.
Además, según está ley, todo lo que pasa en casa se queda en casa. Tanto el hombre como la mujer tienen prohibido hablar de aquello que sucede en el hogar y el "contacto íntimo" está completamente prohibido salvo para la procreación.
Uno de los aspectos más controvertidos de esta "ley" es que es muy restrictiva con los derechos de la mujer. Para comprar cualquier cosa y gastar dinero, la mujer debe contar con el permiso de su marido y para salir a la calle en algunos países debe estar acompañada siempre por un hombre de su familia.