Joe Biden acaricia la victoria, está a solo 17 votos electorales del objetivo. Y este parece más cercano. Las miradas están puestas en cuatro estados, uno de ellos es Georgia donde Biden ha conseguido adelantar a Trump y otro de ellos, el que le daría la presidencia es Pensilvania donde se pone por delante. Biden pierde ventaja en Arizona y Nevada. En estos dos estados el recuento está favoreciendo a Biden, pero a un ritmo muy lento debido a la inmensa cantidad de votos por correo. Lo que teme un Donald Trump, que en una comparecencia sin precedentes, denuncia que le están robando la presidencia antes de saber el ganador, consciente de que las zonas por escrutar en los estados son más demócratas como ha sido también el voto por correo.
Se aproxima Joe Biden a la Casa Blanca a paso lento. De nuevo como un cúmulo de retos, como su vida. Tras las puertas su todavía inquilino se niega a reconocer que está cada vez más cerca de hacer la mudanza. “Contando los votos legales, gano fácilmente. Si contamos los votos ilegales, pueden intentar robarnos las elecciones”, ha dicho Donald Trump.
Son graves acusaciones sin pruebas de un Trump empeñado en que si no gana es porque ha habido fraude y que una vez más culpa a los medios de todos sus males. “Con encuestas falsas han intentado alejar a los republicanos de las urnas impulsando a Biden”, ha dicho.
Ha sido una jornada de alta tensión en la que también ha comparecido Biden. “En América el voto es sagrado, cada voto tiene que ser contado... No tenemos duda de que ganaremos las elecciones pero pido tranquilidad”.
Pide calma mientras concluye el recuento. Tres días después de las elecciones, hay cuatro estados llamados a decantar la balanza: Pensilvania, casi en empate técnico; Nevada y Arizona que se inclinan del lado demócrata, como también lo ha hecho finalmente Georgia.
Los resultados para Trump están amañados. En Twitter su hijo llama a la guerra para sacar a la luz el fraude y las trampas.
“Va ser un largo litigio, acabará probablemente en el Tribunal Supremo”, ha dicho el todavía inquilino de la Casa Blanca, que ha confirmado que agotará todas las vías judiciales y pide que se paren los recuentos porque no va a permitir que le roben la presidencia. Mientras tanto, el país está dividido en las calles, donde se manifiestan partidarios de uno y otro candidato.