Ramzan Kadirov es el presidente de la República de Chechenia y aliado del presidente de Rusia, Vladimir Putin en la guerra con Ucrania. El gobernante ha expresado públicamente su apoyo a los rebeldes prorrusos del este de Ucrania y ahora ha desplegado combatientes chechenos en el país.
En un vídeo difundido en internet, el presidente de Chechenia confirmó el envío de miles de soldados chechenos a Ucrania. "El presidente Vladimir Putin ha tomado la decisión correcta (de entrar en Ucrania) y cumpliremos sus órdenes bajo cualquier circunstancia".
Sin embargo, Kadirov ha asegurado que su misión está centrada en "evitar la pérdida de vidas humanas". Sin embargo, el presidente checheno es conocido por las "horrorosas informaciones sobre abusos contra individuos LGTBI, activistas de Derechos Humanos, miembros de la prensa independiente y otros ciudadanos" en el país, tal y como recogía el Mecanismo de Moscú.
Kadyrov es el presidente de la República de Chechenia desde 2007, tras la muerte de su padre. Esta república es uno de los 83 sujetos federales que integran la Federación Rusa. En este territorio viven poco más de 1.300.000 personas. El territorio obtuvo su independencia tras al disolución de la Unión Soviética en 1991, aunque el Gobierno ruso recuperó el control de la región en las Guerras Chechenas.
Kadirov se ha descrito a sí mismo como el "soldado de infantería" de Putin, algo de lo que se hizo eco el líder ruso, y comanda una fuerza militar de 3.000 personas bautizados como los kadýotvsty, recogen en El Espectador. En 2015, Putin condecoró a Kadirov con la medalla del Héroe de la Federación Rusa, el reconocimiento más grande del país.
La relación entre ambos territorios se da desde una de estas 'Guerras Chechenas', momento en el que el entonces presidente Ajmar Kadirov, padre del líder actual y Vladimir Putin firmaron un acuerdo por el cual el Kremlin ofrecía apoyo político y militar a Chechenia a cambio de lealtad a Rusia.
El pacto, que sigue todavía en pie hace que el presidente checheno dirija el territorio como su feudo personal mientras que el Kremlin no toma medidas contra los delitos contra la humanidad que ha denunciado numerosas veces la comunidad internacional. Kadirov está acusado de participar en la organización de asesinatos de activistas de derechos humanos y de abusar de su poder mediante las fuerzas militares. En las últimas elecciones, el líder obtuvo más de un 97% de votos favorables en lo que fueron unas elecciones amañadas.