Un hombre es acusado de echar agua hirviendo sobre su mujer porque ésta le despertó para llevarle el desayuno a la cama como regalo.
Ali Ay, de 28 años, presuntamente arrojó el agua hirviendo a Rukiye Ay, de 23 años, porque quería seguir durmiendo. Según las autoridades, el incidente tuvo lugar en el domicilio de la pareja en la ciudad de Konya, en el centro de Turquía, el 9 de enero.
La joven ha mostrado públicamente sus horribles heridas desde la sala del hospital en Turquía. Se puede ver su espalda roja y en carne viva por las graves quemaduras. La pareja está casada desde hace cinco años.
Desde el hospital en el que está siendo tratada por sus heridas, Rukiye explicó que había llevado a su marido el desayuno a la cama, en lo que pretendía ser una agradable sorpresa. Sin embargo, cuando le despertó, él montó en cólera porque no le había dejado domrir y empezó a gritarle.
"Lo preparé todo y luego fui a decirle a mi marido que había desayuno en la cama. Se enfadó y exigió saber por qué le había despertado, y me dijo que no le molestara, así que me puse a desayunar con mi hija", relata la víctima en Mirror.
"Me dijo que se iba a divorciar de mí y a obtener la custodia de nuestra hija hiciera lo que hiciera. Luego me echó agua hirviendo por el cuello. Iba a tirármela a la cara pero me aparté. Salí corriendo y pude ver mi camiseta pegada a la piel. Luego me tiró el resto del agua hirviendo y una parte cayó en los pies de mi hijo y el resto me golpeó en la cadera", recuerda Rukiye.
"Quise escapar, pero me desmayé del dolor. Cuando volví en mí, oí los gritos de mi hija y luego sentí que me agarraba del pelo y me arrastraba hasta el baño", continúa. Cuando él llamó por teléfono a su padre, ella aprovechó la oportunidad para correr hacia un vecino que le dio cobijo y llamó a la policía, lo que llevó a la detención de su marido.
Sin embargo, se sintió horrorizada cuando fue puesto en libertad bajo fianza. Su puesta en libertad provocó la furia de la opinión pública turca, lo que provocó que volviera a ser detenido y se le mantuviera en prisión.
Señaló que a menudo los hombres de la zona quedan libres tras agredir a las mujeres, incluido un hombre de su barrio que, según ella, se ha librado recientemente del castigo. Cuando vio esas historias en los periódicos, afirma que su marido le dijo: "Mira, verás, aunque te mate ahora mismo, nadie se molestará".
Bajo la presión de la opinión pública, el sospechoso fue detenido de nuevo por orden de la Fiscalía General tras una denuncia del abogado de Rukiye. Se enfrenta a cargos de lesiones graves agravadas y actualmente sigue en prisión preventiva.