5.000 libros infantiles con las historias de 'Tintín', 'Astérix y Obélix', 'Lucky Luke' o 'Pocahontas', entre otros entre los que incluso hay novelas y hasta enciclopedias, a la hoguera. Esa es la decisión que adoptó una agrupación de escuelas de Ontario, en Canadá, al entender que eran discriminatorios y mostraban “prejuicios contra los indígenas”.
Concretamente, esta iniciativa la materializaron durante una ceremonia para reconciliarse con las ‘Primeras Naciones’, según la cual debían quemar, destruir o enterrar estos libros en un gesto de reconciliación y perdón hacia los indígenas.
Así, como se ha conocido ahora, fue en 2019 la primera “ceremonia de purificación”, en la cual quemaron los libros y después usaron las cenizas como si fuera un fertilizante para plantar un árbol.
“Enterramos las cenizas del racismo, la discriminación y los estereotipos con la esperanza de crecer en un país inclusivo en el que todos puedan vivir con prosperidad y seguridad”, defendía la iniciativa, que pretendía perpetuarse a través de sucesivas ceremonias que, sin embargo, fueron frenadas de forma abrupta por la pandemia.
No obstante, la revelación de este suceso por parte de Radio Canada, que se ha hecho eco de esa quema de 5.000 libros, ha causado una enorme polémica y una tormenta política en Canadá, llegando a trascender sus fronteras, convirtiéndose también en noticia internacional.
La cuestión, además, ha de ser entendida desde la perspectiva de que era Suyzy Kies, –es decir, la que hasta ayer era copresidenta de la Comisión de Publos Indígenas del Partido Liberal, que dirige el país con el primer ministro Justin Trudeau a la cabeza–, a la que se sitúa como la principal impulsora de la iniciativa.
Además, las elecciones están muy próximas, el 20 de septiembre, y esto no pasa desapercibido para nadie en el sinuoso campo de la política… Con la oposición echándose encima y numerosas voces señalando que quemar libros no es la mejor forma de aprender, reconocer errores, trabajar por la inclusión, la igualdad y luchar contra la discriminación, el propio Trudeau ha subrayado: “Nunca estaré de acuerdo con la quema de libros”, si bien ha dejado claro la importancia de la reconciliación con los indígenas.
En este sentido, Erin O’Toole, líder de la oposición, al frente del Partido Conservador de Canadá, ha recalcado a través de Twitter que "el camino de la reconciliación no pasa por derribar Canadá”, condenando “enérgicamente” la quema de libros.
Por su parte, otros como Jagmeet Singh, líder del Partido Democrático NDP, ha defendido que hay que remodelar el sistema y “cambiar el enfoque de la enseñanza de los niños”.
Con la polémica servida, el Ministerio de Educación de Ontario ha tenido que precisar que la selección de las obras en las bibliotecas es una responsabilidad atribuida a cada comisión escolar, mientras la Junta Escolar de Providence ha paralizado un proyecto de quema de libros y una evaluación de otras 200 obras que estaba pendiente.