Lo que empezó como una de las muchas bromas que inundan Internet ha terminado convirtiéndose en una mediática y temeraria convocatoria masiva que ha puesto en guardia incluso a la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Se trata del asalto al Área 51, una idea que lanzó Matty Roberts, un estudiante de 21 años de Bakersfield (California), en Facebook el pasado mes de junio. En esa red social creó el evento llamado 'Storm Area 51, They Can't Stop All of Us', animando a los usuarios a invadir esta zona restringida rodeada de décadas de misterio para averiguar si efectivamente los militares esconden aliens en su interior y, de ser así, liberarlos. Normalmente estas iniciativas suelen tomarse como la broma que son, pero en esta ocasión se generó una viralización brutal y dos millones de personas se apuntaron a la aventura, para estupefacción de su propio creador.
Este 20 de septiembre es el día clave de la convocatoria. El punto de encuentro es la Extraterrestrial Highway que va hacia el Area 41, Campo de Pruebas y de Entrenamiento de la Base de la Fuerza Aérea de Nellis. "Si corremos a lo Naruto podremos ir más rápido que sus balas", proclamaron los organizadores, desatando el entusiasmo e interés de miles de internautas. La red se ha desbordado en estos meses con todo tipo de memes y bromas, pero la posibilidad real de que, más allá de la diversión del asunto, un grupo más o menos amplio de personas se interne en Nevada para intentar ingresar en la base sin permiso ha activado todas las alarmas.
Pero, ¿de dónde surge esta fascinación por encontrar respuestas a presuntos enigmas sin resolver? La leyenda urbana del Área 51 se remonta a su creación como centro de fabricación y pruebas de aeronaves durante la Guerra Fría, desde mediados del siglo XX. Ubicada en Groom Lake, a 50 kilómetros de Alamo,un poblado de poco más de 1.500 habitantes, el Área 51 fue una base militar secreta hasta 2003, cuando el Gobierno estadounidense reconoció su existencia. Esa opacidad gubernamental alimentada durante décadas sirvió para cultivar la idea de que su verdadera función era observar fenómenos extraños y de que en sus instalaciones se conservan restos extraterrestres que probarían la existencia e vida inteligente fuera de nuestro planeta.
La realidad es que más que una base aérea convencional, el Área 51 funcionó con el objetivo de apoyar y experimentar nuevos sistemas de investigación, lo cual ya da para muchas teorías de la conspiración, pero la imaginación popular siempre va más allá y no tardó en relacionarla con naves, avistamientos y aliens. Un individuo llamado Bob Lazar que dijo haber trabajado en la base desde 1988 hasta 1989 (sin que se haya constancia de ello) declaró haber visto nueve platillos volantes durante su estancia allí. Más leña al fuego.
¿Qué puede suceder en el asalto al Área 51? En la actualidad sigue siendo una base militar en uso y no es accesible al público civil, mucho menos a un grupo de asaltantes que pretenda correr hacia sus vallas como un personaje de manga. A raíz del impacto de la convocatoria, las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos advirtieron de que "desalentaríamos a cualquiera que intente entrar en el área donde entrenamos a las fuerzas armadas estadounidenses. La Fuerza Aérea siempre está lista para proteger a EE.UU. y sus activos". Por si acaso, el Ejército está preparado para frenar cualquier tipo de incursión en el perímetro de seguridad.
"Los militares tienen permitido el uso de la fuerza mortal" para acabar con cualquier intruso, advierten todos los carteles que rodean el Área. Y hay antecedentes. En enero de este año, un hombre traspasó los límites permitidos para circular por la zona y, tras desobedecer una orden directa de los guardias y negarse a soltar un objeto cilíndrico que portaba en una de sus manos, fue acribillado. El sujeto ni se había acercado realmente a la base, ya que todavía estaba a unos 40 kilómetros del centro de operaciones. Y el pasado 10 de septiembre dos youtubers holandeses entraron en la zona restringida con un coche, cámaras, un portátil, un móvil y un dron. Ambos fueron detenidos y acusados de un delito de entrada ilegal.
Tampoco es que el acceso sea sencillo, pues no hay nada a kilómetros a la redonda. Por ello, los pequeños pueblos de la zona temen una llegada masiva de visitantes que no puedan albergar. Incluso una oleada de 50 visitantes podía provocar graves inconvenientes en pueblos como Rachel, de 54 habitantes y sin gasolineras ni supermercados cercanos. Al menos dos pequeños hoteles de la zona han recibido múltiples reservas, aunque en ello también puede tener que ver la convocatoria de dos festivales de música, Alienstock y Storm Area 41 Basecamp. Así que, aunque finalmente al publicitado asalto solo concurrieran un puñado de aventureros, lo más recomendable para evitar males mayores o incluso alguna tragedia, sería que optaran por desplazarse a cualquiera de estos dos eventos musicales de la zona, y dejar que, como decían Mulder y Scully, la verdad siga ahí fuera.