El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha trasladado al presidente de Francia y al canciller de Alemania, Emmanuel Macron y Olaf Scholz, respectivamente, que "firmará un decreto relevante" sobre Donetsk y Lugansk, aunque no ha especificado su contenido. Todo indica que va a ser el reconocimiento de su independencia. En un comunicado, el Kremlin ha indicado que, ante esta información, Macron y Scholz han expresado su "decepción" pero han expresado su disposición a continuar con los contactos para hallar una solución diplomática a la crisis.
Putin ha abordado con los mandatarios francés y alemán el contenido de la reunión del Consejo de Seguridad ruso, que ha tratado la posibilidad de reconocer la soberanía de las administraciones rebeldes en el este de Ucrania.
Su decisión supone un grave desafío a Occidente, que teme que el siguiente paso sea invadir este territorio. El reconocimiento de la independencia de la región del Donbás supondrá el fin de los Acuerdos de paz de Minsk suscritos en septiembre del 2014 y en febrero del 2015 y que sentaron las bases para una solución política al conflicto, aunque no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia. Además, la decisión de Putin posiblemente desencadenara nuevas y duras sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea.
Los rebeldes de las administraciones autoproclamadas en Donetsk y Lugansk han pedido abiertamente este lunes a Putin que dé el paso y reconozca la independencia de ambos territorios, tal como planteó la semana pasada la Cámara Baja del Parlamento ruso. Estados Unidos, la OTAN y la UE ya advirtieron de que sería una línea roja en la actual escalada de tensiones.
Los líderes separatistas de Donetsk, Denis Pushilin, y Lugansk, Leonid Pasechnik, creen que es necesario que Moscú les conceda un nuevo estatus para proteger a la población y las infraestructuras civiles de la "agresión" del Ejército ucraniano. Pushilin incluso ha planteado la posibilidad de reforzar la cooperación en materia de Defensa, según la agencia de noticias Sputnik.
Los rebeldes controlan gran parte de la región del Donbás desde 2014, fruto en gran medida del apoyo recibido desde Rusia. Durante estos últimos días, han acusado a Kiev de ordenar nuevos bombardeos indiscriminados, en unas criticas similares a las expresadas, pero en sentido contrario, por el Gobierno de Ucrania.
Moscú ha emplazado a Kiev a dialogar directamente con los rebeldes, algo que las autoridades ucranianas siempre lo han descartado para apostar, en cambio, por formatos de negociación internacionales como el Cuarteto de Normandía, que además de a Ucrania y a Rusia incluye también a Francia y a Alemania.
Por su parte, el canciller de Alemania, Olaf Scholz, ha advertido de que un eventual reconocimiento de Donetsk y Lugansk sería una "ruptura unilateral" de los Acuerdos de Minsk. Scholz ha trasladado al mandatario ruso que este paso estaría "en total contradicción" con los acuerdos, según ha informado un portavoz de la Cancillería alemana y ha recogido la agencia de noticias alemana DPA.
Los Acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política al conflicto, pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia. Las hostilidades han dejado hasta la fecha unos 13.000 muertos, según estimaciones de la ONU.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo hoy que su homólogo estadounidense, Joe Biden, le aseguró que Ucrania no se convertirá en miembro de la OTAN mañana y que es posible una "moratoria" a esta aspiración del país vecino, según Efe.
El líder ruso agregó que el uso de Ucrania por parte de Occidente como herramienta de confrontación con Rusia es una amenaza para Moscú. "El uso de Ucrania como una herramienta de confrontación con nuestro país, con Rusia, representa una amenaza seria y muy grave para nosotros", dijo Putin.