Decenas de personas han despedido por mar y desde el puerto al crucero MSC Orchestra, de 16 pisos y 92.409 toneladas, el primero que ha partido de Venecia desde el comienzo de la pandemia. Los manifestantes denuncian el peligro de que estos grandes barcos navegando por la frágil laguna, especialmente en el canal Giudecca que cruza el centro histórico de la ciudad, alegando riesgos ambientales y de seguridad.
El gobierno del primer ministro italiano, Mario Draghi, se había comprometido a inicios de año en sacar los cruceros de la laguna de Venecia, pero alcanzar ese objetivo llevará tiempo. Incluso es improbable una solución provisional antes del año próximo, por lo que podría llevar años sacar los barcos de la laguna.
Venecia se ha convertido en uno de los destinos de cruceros más importantes del mundo en las últimas dos décadas. De hecho, 667 cruceros transportaron a casi 700.000 pasajeros en 2019, según la asociación Cruise Lines International (CLIA).
La larga batalla por los cruceros que zarpan y llegan a Venecia se intensificó después de que el crucero Costa Concordia se hundiera frente a la Toscana en 2012, matando a 32 pasajeros y tripulantes. Se agudizó después de que otro barco, el MSC Opera, chocara contra un muelle y un barco turístico, hiriendo a cinco personas, mientras maniobraba a través del Canal de Giudecca hace dos años. En todo ese tiempo no se ha encontrado ninguna alternativa viable.