El Primer Ministro británico, Boris Johnson, y el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, se han enfrentado a su primer debate en televisión de esta campaña electoral. ¿Quién ha salido victorioso de esta batalla de casi una hora? Para los expertos no ha habido un claro vencedor.
Según la empresa de sondeos YouGov, el conservador habría ganado por solo dos puntos, pero los encuestados consideran que el laborista es más de fiar y está más en sintonía con el ciudadano de a pie que Johnson (59% frente a 25%).
El Brexit ha dominado este cara a cara organizado por la cadena privada ITV en Salford (Manchester) y moderado por la prestigiosa presentadora Julia Etchingham. Los primeros treinta minutos se han dedicado exclusivamente a la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Johnson ha prometido que si es reelegido por mayoría absoluta el país saldrá el próximo 31 de enero de 2020 y a continuación comenzará la negociación de un acuerdo de libre comercio con Bruselas.
Corbyn ha defendido que si gana, los laboristas negociarán con la UE en tres meses un nuevo pacto más blando que el actual y en seis celebrarán un segundo referéndum. Esta vez las opciones en la papeleta serían dicho acuerdo o permanecer en la UE.
La estrategia del Primer Ministro se ha centrado en criticar a Corbyn por no aclarar qué postura defenderá en la campaña de esta consulta. Pero el líder laborista sigue sin querer posicionarse porque su objetivo es “unir al país”, apelar a aquellos que votaron Brexit en 2016 y a aquellos que lo rechazaron.
Estos son los otros temas que han destacado en el debate:
Se les ha preguntado si es más importante el Brexit o la unidad del país. Johnson ha asegurado que no permitirá otro referéndum en Escocia. Corbyn ha dejado la puerta abierta a uno, pero no en los primeros años de su mandato.
Salvaguardar el Servicio Nacional de Salud (NHS, en sus siglas en inglés) es el segundo tema que más importa a los británicos en estas elecciones. La estrategia de Corbyn ha sido insistir en numerosas ocasiones durante este cara a cara que los conservadores tienen la intención de vender parte de la Seguridad Social a empresas de Estados Unidos en el marco del acuerdo comercial que quieren negociar con ese país. Johnson lo ha negado hasta la saciedad. Sin embargo, Corbyn ha sorprendido mostrando un documento que menciona las “reuniones secretas” con representantes de la Administración Trump.
Preguntados por la Familia Real, Corbyn ha dicho en un tono bromista que “necesita mejorar un poco”, mientras que para Johnson es “irreprochable”. Respecto al Príncipe Andrés, salpicado por el escándalo Epstein, ambos han destacado que hay que pensar en las víctimas del fallecido traficante sexual de menores, pero Corbyn ha ido más allá asegurando que “nadie debería estar por encima de la ley”, en referencia a las presiones que está recibiendo el duque de York para colaborar con la investigación del FBI.
Corbyn ha respondido “Cuento de Navidad” de Charles Dickens para que Johnson pueda entender “lo despreciable que era Scrooge” (el protagonista). El Primer Ministro, después de titubear, ha dicho “su brillante acuerdo del Brexit”, pero cuando la presentadora le ha recordado que no debía ser político ha cambiado su respuesta por “mermelada”. ¡Hago mi propia mermelada! ha exclamado Corbyn.
Para sorpresa de muchos, durante el debate la cuenta de Twitter del gabinete de prensa del partido conservador cambió su nombre habitual @CCHQPress por el de @factcheckuk. Según esta formación, se hizo para “contrarrestar las mentiras de los laboristas” pero le han llovido las críticas por intentar “engañar al público” haciéndose pasar por una plataforma independiente de verificación de datos.
Esto ha teñido un debate en el que ha habido muchas interrupciones, aplausos y carcajadas de un público que se ha quedado con las ganas de escuchar una respuesta convincente a la pregunta “¿Cómo podemos confiar en ustedes?”. En ese sentido, a los laboristas les preocupa el voto de los jóvenes, a los que ha animado a que se registren, pero estos no están tan movilizados en estas elecciones como en las de 2017.
Mientras tanto, la cuenta atrás para el jueves 12 de diciembre continúa. Hasta ahora los sondeos de las que se consideran las elecciones más impredecibles en décadas, dan a los conservadores como ganadores. La cuestión es si ganarán por mayoría absoluta o no. Si no la consiguen, el Reino Unido podría encontrarse en una situación parecida a la de antes de que Boris Johnson convocase esta cita con las urnas, que está poniendo a prueba la paciencia de los británicos que desean salir de una pesadilla que dura ya casi 3 años y medio.