El reloj marca las once de la noche en Lisboa y los agentes de Policía toman rápidamente las calles para garantizar que en la capital portuguesa se cumple el nuevo toque de queda impuesto en el país para luchar contra la COVID-19.
Portugal continúa plantando cara a la pandemia, pero el número de casos sigue en aumento. Todavía muy lejos del escenario que se vivió el pasado mes de enero, cuando se dieron los datos más trágicos desde el inicio de la pandemia: 5.576 muertos y 306.838 contagiados, pero con el miedo de que esta nueva ola pueda echar por tierra un horizonte de recuperación.
Por eso desde este viernes, los bulliciosos barrios de Lisboa permanecerán vacíos desde las 11 de la noche hasta las 5 de la mañana. Además, los bares y restaurantes tendrán que adelantar su cierre a las 10:30 y será necesario presentar un certificado de vacunación o una PCR negativa para entrar o salir del área metropolitana de la capital.
Este nuevo pico llega impulsado por los contagios entre la población más joven. Relajados y sin vacunar son ahora mismo la franja de edad más vulnerable, donde el virus ha encontrado un nuevo impulso para seguir propagándose.
El Ministerio de Salud de Portugal ha informado este viernes de la muerte de otras siete personas a causa del coronavirus, la cifra más alta desde el pasado 14 de mayo cuando registró el mismo número de decesos, mientras que por tercer día consecutivo supera los dos mil casos, con 2.436 en las últimas 24 horas.
La Dirección General de Salud (DGS) ha notificado un total de 884.442 casos acumulados, de los cuales 17.108 corresponden a quienes no lograron superar la enfermedad, por los 831.479 que sí se han recuperado, con 1.255 este viernes.
Como viene siendo habitual en las últimas semanas, Lisboa y Valle del Tajo continúa siendo la región con mayor incidencia de la pandemia, habiendo registrado, según el último parte de la DGS, el 56 por ciento de los nuevos positivos --1.371 más que el jueves-- y una incidencia de 595 por cada 10.000 habitantes. También se han notificado en la región cinco de los siete muertos contabilizados este viernes.
Pese al avance de la pandemia en Lisboa, la zona Norte acumula el mayor número de positivos, con 346.944, frente a los 342.748 positivos registrados en la región de la capital portuguesa; situación inversa en relación a los fallecidos, 7.272 en el primer caso y 5.367 para el segundo.
En cuanto a la situación en los hospitales portugueses, otras 23 personas han ingresado en las últimas 24 horas en planta para un total de 532 pacientes hospitalizados, mientras que hay cinco enfermos más en unidades de cuidados intensivos, lo que supone 118 camas ocupadas.
El Gobierno anunció el jueves nuevas restricciones en un intento por poner freno al avance de la pandemia, entre ellos el toque de queda a partir de las 23.00 horas (hora local) en los 45 municipios que se encuentran dentro de la zona roja del semáforo epidemiológico, unos casi cuatro millones de personas.