La Organización Mundial de la Salud da un dato para demostrar que el coronavirus sigue siendo más pandémico que endémico. En la primera semana de enero se produjeron 15 millones de nuevos casos de COVID-19 en todo el mundo, el mayor número de casos notificados en una sola semana. Una cifra que la agencia de la ONU calificó “a la baja”. Mientras tanto, el mapa de la incidencia acumulada en Europa se tiñe de rojo.
El doctor Tedros Adhanom Ghebreyesu, director de la Organización, destacó en rueda de prensa que el incremento de infecciones por coronavirus lo provocó mayoritariamente la variante ómicron de la enfermedad, que está desbancando con rapidez en todos los países a la variante delta. Pese a este aumento de contagios, el número de muertes semanales notificadas se mantiene estable desde octubre con una media de 48.000 muertes a la semana. Aunque aparentemente ómicron provoca una infección menos grave que la variante delta, Tedros advirtió sobre la peligrosidad del virus, especialmente para las personas no vacunadas.
“Casi 50.000 muertes a la semana son 50.000 muertes de más. Aprender a vivir con este virus no significa que podamos, o debamos, aceptar este número de muertes. No debemos permitir que este virus tenga vía libre ni ondear una bandera blanca, especialmente cuando tantas personas en todo el mundo siguen sin vacunarse”, especificó.
Con relación a la desigualdad mundial de inmunizaciones resaltó que más del 85% de personas en África todavía no han recibido una sola dosis de la vacuna, por lo que denunció que “no se podrá acabar con la fase aguda de la pandemia si no se cierra esta brecha”.
Pese a los avances del mecanismo COVAX, que en los próximos días llegará a los 1000 millones de vacunas suministradas, 90 países todavía no han conseguido alcanzar el objetivo previsto por la Organización para 2021 de vacunar al 40% de su población, y 36 de ellos han inoculado a menos del 10% de su población.
Ante la pregunta de si durante la próxima primavera se podría pasar a una situación endémica de la enfermedad, la doctora Maria Van Kerkove, la epidemióloga que lidera la respuesta de la Organización, respondió que el virus “está en camino de convertirse en endémico”, pero que dependerá de múltiples factores y de nosotros y recordó que todavía estamos en medio de la pandemia.
Y los explica de forma rotunda. “Con los niveles de transmisión que vemos ahora, con la intensidad de la propagación que vemos, con el nivel de impacto que estos casos están teniendo en nuestros servicios médicos esenciales, en las tasas de hospitalización que están aumentando en varios países, el gran volumen de casos está realmente poniendo una gran carga en nuestros sistemas de salud. Así que el impacto que estamos viendo es realmente muy sustancial”, afirmó.
Respecto a la evolución del virus y las más que posibles próximas variantes destacó un escenario de imprevisibilidad “No tenemos la misma previsibilidad que tenemos con la gripe, donde tenemos un patrón estacional típico. Puede que lleguemos a eso con el COVID-19, pero aún no lo hemos conseguido. Así que somos cautos a la hora de hacer predicciones muy firmes sobre lo que puede ocurrir porque cada país está afrontando esta pandemia de forma diferente en cuanto a su estrategia, en cuanto a la aplicación de sus medidas de control, en cuanto a su ajuste de esas medidas de control y lo que necesitamos es una renovación colectiva”.