Una media de 2.000 personas mueren cada día en Estados Unidos por coronavirus y el país registra 80.000 fallecidos mientras que los casos no dejan de aumentar y superan ya 1.380.000 positivos. Una realidad que afronta el país y que ha hecho saltar la polémica durante la última rueda de prensa de Donald Trump.
Una periodista de la CBS le preguntaba por la situación de la pandemia en el país cuando el mandatario no dudó en contestarla con un ataque directo: "Están perdiendo la vida en todas partes del mundo y tal vez esa sea una pregunta que deberías hacerle a China. No me preguntes, pregúntale a China".
Así respondía el presidente estadounidesnse a la periodista de rasgos asiáticos cuando intenta cambiar de asunto dando paso a otra pregunta cuando sin dudarlo, ella le recriminaba su respuesta. "¿Por qué me dice eso concretamente a mí?", y Trump le contestaba: "Te lo digo a ti. No se lo digo concretamente a nadie. Se lo digo a cualquiera que haga una pregunta desagradable como esa".
De nuevo, ella le rebate sus palabras mientras que el presidente nortemericano intenta desviar el tema y ceder el turno a otra periodista, esta vez de la CNN. A ella tampoco le dio tiempo a responder cuando el presidente cedía la palabra a otro compañero, le interrumpía y decidía así terminar su comparecencia.
Todo esto ocurría en el mismo día en el que sus consejeros y todos los empleados de La Casa Blanca llevaron mascarilla por orden expresa de Trump.
El presidente de Estados Unidos aseguraba este lunes que el coronavirus "está bien contenido" en la Casa Blanca después de que se hayan confirmado dos positivos entre el personal del Ala Oeste, el de uno de sus asistentes personales y el de Katie Miller, la secretaria de prensa del vicepresidente, Mike Pence.
"Creo que está realmente bien contenido", indicaba Trump durante la rueda de prensa, al tiempo que añadía que la Casa Blanca "realmente está haciendo muy buen trabajo en vigilarlo".
Cuestionado acerca de cómo han podido fallar los sistemas de vigilancia y cómo personal contagiado se ha podido exponer a otros dentro de la Casa Blanca, Trump aseguraba que "puede suceder". "Puede suceder. Es el enemigo oculto", zanjaba.
Sin embargo, el presidente estadounidense ha defendido que en la Casa Blanca trabaja "mucha gente" y que únicamente se ha detectado un caso. "Tenemos mucha gente en la Casa Blanca (...) básicamente hemos tenido uno", ha dicho, no reconociendo el positivo de uno de sus asistentes, un miembro de la Marina.
"Tenemos mucha gente que trabaja aquí. Este edificio es impactante si nos fijamos en los números", ha señalado. De forma paralela, ha asegurado que todas las personas que entran en el Despacho Oval son evaluados por si pudieran estar contagiados de la Covid-19. "No me he sentido vulnerable", ha detallado.
En este sentido, Trump también ha asegurado que es él el que ha requerido el uso de mascarillas en la Casa Blanca. Según un documento distribuido este lunes, el personal del Ala Oeste deberá utilizar mascarilla para evitar más contagios por coronavirus.
Por otra parte, Trump ha confirmado que Pence ha vuelto a dar negativo en la prueba para diagnosticar el coronavirus este lunes. Tanto el presidente como el vicepresidente, que ha estado este lunes en la Casa Blanca pero no en la rueda de prensa, se someten a la prueba de la Covid-19 diariamente.
Asimismo, Trump ha anunciado este lunes que ha aprobado una financiación para pruebas diagnósticas de coronavirus destinada a "estados, territorios y tribus" de Estados Unidos de 11.000 millones de dólares.
"Dije desde el principio que el Gobierno respaldaría a los estados y los ayudaría a desarrollar su capacidad para realizar pruebas y eso es exactamente lo que ha sucedido", ha explicado Trump, que ha calificado la financiación como "una gran inversión", según ha informado la cadena de televisión CNN.
El secretario asistente de Salud y Servicios Humanos, Brett Giroir, ha puntualizado que, para que los estados reciban los fondos aprobados, deben contar con planes que incluyan pruebas en "comunidades vulnerables".
De forma paralela, Trump ha criticado que los estadounidenses "están muriendo" a causa de las medidas de prevención adoptadas para frenar el avance de la pandemia del coronavirus y ha defendido las acusaciones vertidas sobre los demócratas de que mantienen los estados cerrados por "razones políticas", para disminuir sus posibilidades de ser reelegido en las elecciones previstas para el 3 de noviembre.
"La gente quiere regresar. Los números están llegando a un punto en el que pueden (abrir) y parece que no hay ningún esfuerzo en ciertos estados 'azules' (demócratas) para volver a ponerse en marcha", ha indicado el presidente norteamericano.
"La gente no lo va a tolerar. Ellos quieren volver. No lo van a tolerar. Quieren nuestro país abierto. Quiero nuestro país abierto. Quiero que se abra con seguridad", ha añadido.
En este sentido, también ha asegurado que las medidas de distanciamiento social están causando la muerte de ciudadanos estadounidenses por adicción a las drogas o por suicidio, pero no ha aportado ninguna prueba que sustentara su aseveración.