Rusty, un perro de raza mixta entre pastor alemán y leopardo de Catahoula, pasó más de 419 días en la Sociedad Protectora de Animales del Centro de Texas, un refugio de animales al que llegó cuando solo era un cachorro. Su dueño le había entregado porque era "hiperactivo".
Desde ese momento, Rusty pasó a un hogar de acogida durante dos meses y, después, le trasladaron a un centro de rescate de Idaho. Su estancia allí tampoco duró mucho tiempo, ya que de nuevo a los pocos meses fue devuelto a la protectora de Texas porque "no era amigable con los perros" y le costaba mucho encontrar un hogar.
Este vaivén emocional afectó mucho al animal, que comenzó a estar cada vez más triste al no encontrar un hogar en el que poder ser feliz, como recoge la revista People. Afortunadamente, el pasado noviembre la historia parecía que por fin tenía un final feliz. Rusty encontró una familia que quería hacerse cargo de él.
Sin embargo, solo un mes después, lo enviaron de vuelta al refugio. A pesar del golpe, desde la protectora no se rindieron y volvieron a ponerse en marcha para encontrarle un nuevo hogar. El pequeño comenzó también un entrenamiento para modificar un poco su comportamiento.
Finalmente, y después de lograr grandes resultados respecto a su comportamiento, una pareja se animó a adoptarlo el pasado marzo. Aunque parecía el fin de esta complicada historia para Rusty, solo un día después, los dueños devolvieron al animal, asegurando que su cuidado era "demasiado trabajo". Desgraciadamente, Rusty ya ha cumplido más de 420 días en el refugio, aunque sus cuidadores no se rinden y siguen buscando una familia que le quiera tal y como es.