Hace alrededor de un mes, el Departamento de Pesca y Vida Silvestre de California (CDFW) empezó a recibir llamadas extrañas que alertaban de la presencia de un oso por diferentes zonas de Pollock Pines, en el condado de El Dorado. Lo raro era que no mostraba ningún miedo a los humanos a pesar de los gritos y los intentos de ahuyentarlo, sino que se mostraba amigable, incluso aceptando las manzanas que le entregaban. Ahora sabemos por qué: una misteriosa enfermedad los hace pacíficos… Y después los mata.
Hacía mucho que no ocurría algo así. La condición cerebral que está haciendo amigables a los osos del entorno del lago Tahoe se describió por primera vez en 2014, pero no ha sido hasta ahora cuando se han detectado al menos cuatro casos de golpe.
La preocupación es lógica: los osos afectados empiezan teniendo un aspecto aletargado, bajan de peso e inclinan la cabeza más de lo normal, y terminan muriendo. Los veterinarios dicen que su comportamiento alrededor de los humanos es parecido al de los perros. Son, en general, osos muy jóvenes.
Hace un par de años, un joven publicaba este vídeo del momento en que un osezno se montaba en su tabla de snowboard con una tranquilidad asombrosa, sin resultar amenazante o intimidado. La grabación se hizo bastante viral.
Ese oso, llamado Benji, ahora tiene ahora tres años y vive en el campus Ramona de la Sociedad Protectora de Animales de San Diego.
En uno de los casos recientes, el osezno apareció en un lugar de trabajo de servicios públicos. Los empleados rápidamente se encariñaron y, en lo que llegaban los funcionarios del departamento de vida silvestre, le dieron comida y agua, incluso se dejó acariciar.
Al ser llevado al laboratorio, los veterinarios descubrieron que se trataba de una hembra de alrededor de un año, que estaba cubierta de garrapatas y pesaba menos de 10 kilos, cuando lo normal es que hubiera superado los 35 kg. "Mostraba temblores de cabeza intermitentes y una sutil inclinación de cabeza, signos preocupantes de anomalías neurológicas", ha informado el CDFW en nota de prensa.
Finalmente el oso tuvo que ser sacrificado para evitar su sufrimiento, y el examen post mortem ha confirmado “encefalitis o inflamación del cerebro, lo que lo convertiría en el tercer oso con trastornos neurológicos debido a encefalitis en pasar por el Departamento en los últimos 12 meses”, dice el comunicado.
Durante sus investigaciones sobre la causa, los científicos han descubierto cinco virus nuevos, previamente desconocidos y no identificados, aunque se desconoce su relación con la afección y los trastornos neurológicos. ¿Han provocado la enfermedad? Por ahora se está examinando y se contempla incluso que pudiera afectar también a otros animales o a personas.
Las autoridades están advirtiendo, como han hecho siempre, de que acercarse a los osos por muy amigables que sean puede ser un peligro tanto para ellos como para nosotros, por lo que en caso de un encuentro es mejor alejarse o avisar al Departamento de Pesca y Vida Silvestre. En las últimas dos décadas las poblaciones de osos negros se han multiplicado drásticamente en Estados Unidos.