Jeremy Corbyn: el marxista septuageniario de Islington
Su vida, desde que se afilió al Partido Laborista a los 16 años, ha estado consagrada a esta formación.
Desde que fue elegido diputado en 1983 se ha rebelado más de 500 veces contra la dirección de su grupo en votaciones de la Cámara de los Comunes
Nunca ha trabajado en otra cosa que no sea la política
Jeremy Corbyn es líder del Partido Laborista desde 2015. A sus 70 años vive en el norte de Londres con su tercera mujer, la mexicana Laura Alvarez, con la que lleva casado más de 6 años. Tiene 3 hijos fruto de su segundo matrimonio con la chilena Claudia Brachitta.
Es diputado del distrito de Islington North desde 1983. Es allí donde está su casa, una vivienda adosada típica de esta zona de Londres. Es un amante del cricket y de montar en bicicleta. Es fan del Arsenal, el equipo del barrio, y conocido por su pasión por hacer mermelada con las frutas que crecen en su huerto.
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Juventud
Es el menor de cuatro hermanos. Su madre era profesora de matemáticas y su padre ingeniero. Eran miembros del Partido Laborista. Se conocieron en la reunión de un comité de apoyo a los republicanos durante la Guerra Civil española.
Corbyn siguió los pasos de sus padres y se afilió a los 16 años. Su fascinación por Latinoamérica y su literatura lo llevó de joven a visitar Brasil, Argentina, Uruguay y Chile. Trabajó después en distintos sindicatos antes de ser concejal del Ayuntamiento de Haringey en Londres. A partir de entonces su historial laboral es solo en la política. No ha trabajado en una empresa privada, no terminó los estudios superiores por "problemas con su tutor". A los 25 años ya estaba afiliado en el sindicato y de ahí saltó a la política.
Parlamentario rebelde
Parlamentario rebelde
Desde que, con 34 años, fuese elegido diputado del Parlamento británico se ha rebelado más de 500 veces contra la dirección de su partido en votaciones celebradas en la Cámara de los Comunes. Una de las más famosas fue la que llevó al Reino Unido a participar en la guerra de Irak.
A lo largo de su carrera se ha asociado a distintas campañas internacionales: desde llamamientos para acabar con el apartheid en Sudáfrica, a manifestaciones contra las políticas del Gobierno de Estados Unidos y el de Israel en Oriente Medio y, en concreto, es conocido por su apoyo a la causa palestina.
Victoria sorpresa
Su victoria en 2015 fue algo totalmente inesperado, incluso para él. Se había presentado a las primarias para liderar el Partido Laborista porque ninguno de sus compañeros del ala más de izquierdas de la formación había dado el paso.
En ese momento consiguió inspirar a muchos que habían desertado del partido decepcionados por el “Nuevo Laborismo” de Tony Blair y Gordon Brown y las mentiras que llevaron a la guerra de Irak. Su mensaje contra la austeridad ha conectado con activistas jóvenes a los que entusiasma por su “cercanía” y por hablar “como un ser humano”.
El Partido Laborista tiene más afiliados que ninguna otra formación política en el Reino Unido. La llegada de Corbyn a la dirección de la formación desencadenó una oleada de afiliaciones hasta que en diciembre de 2017 llegó a alcanzar los 552.000, convirtiéndolo en uno de los partidos con más miembros de Europa.
El ala moderada del laborismo ha hecho desde entonces distintas maniobras para deshacerse de él, incluso forzar unas nuevas primarias en las que fue reelegido de nuevo por un margen aún mayor. Una parte de la formación está convencida de que será imposible ganar unas elecciones generales mientras él siga al frente. Cree que el problema no radica tanto en las políticas sino en el “mensajero” y se necesitaría un nuevo líder.
Referéndum de 2016
Durante el referéndum del Brexit hizo campaña por la permanencia. Sin embargo, muchos dijeron que no lo había hecho tan apasionadamente como, por ejemplo, el por entonces Primer Ministro conservador, David Cameron. El mensaje de Corbyn, en lugar de solo alabar las bondades de la Unión Europea, se centró en argumentar que este club no era perfecto pero tenía muchas cosas buenas y era mejor quedarse en él y reformarlo.
Tras el resultado de la consulta ha tenido, y sigue teniendo, muchas dificultades para reconciliar a los votantes laboristas pro Brexit y los defensores de la UE. Está por ver a cuántos convence su plan de negociar un nuevo acuerdo con Bruselas y celebrar un segundo referéndum.
Es una posición intermedia que se espera que le haga perder votantes: los primeros a favor de conservadores y del partido del Brexit, y los segundos a favor de los liberal demócratas, que pretenden parar la salida del país de la UE. Lo que pase en ese sentido es uno de los detalles que más intriga a los politólogos que analizan estas elecciones genrales del 12 de diciembre.