Es un cambio histórico. Se abre un nuevo tiempo en las relaciones entre España y Marruecos tras el giro dado por Pedro Sánchez. Por primera vez, un presidente del Gobierno español asume la tesis marroquí que defiende una autonomía para el Sáhara Occidental.
Rabat llevaba tiempo pidiendo este cambio al ejecutivo español. Y ha llegado a través de una carta de Pedro Sánchez al rey Mohamed VI. En ella asegura que la propuesta del monarca alauí de una autonomía para el Sáhara Occidental es la base más realista para la solución de este conflicto.
Un cambio radical en la postura del gobierno que acaba con diez meses de crisis diplomática con Marruecos y que culminará con una visita del presidente español al país. Es un giro que el Gobierno sitúa en la actual crisis mundial con una guerra en la frontera este de Europa. No es momento en estos tiempos convulsos de tener abierto otro conflicto en la frontera sur.
Una decisión para cerrar heridas externas, pero que, a la vez, ha abierto algunas internas. Unidas Podemos se desmarca de la posición de Pedro Sánchez y sigue defendiendo el referéndum para el pueblo saharaui.
El ejecutivo ha tomado partido por Marruecos respecto al Sáhara en plena crisis energética. Argelia, aliada de los saharauies y enemiga de Marruecos, envía a nuestro país el 30% del gas que necesitamos, pero el ejecutivo está tranquilo. "El gasoducto que une a España y Argelia puede poner más en valor, incluso geoestratégicamente, esa asociación entre los dos países", expone el Ministro de Exteriores José Manuel Albares.
Los socios del gobierno, Unidas Podemos, no comparte la decisión de Sánchez porque supone abandonar la posición de neutralidad y el consenso de las resoluciones de Naciones Unidas que defiende la autodeterminación del Sáhara.