La fase 1 arranca con muchos bares llenos y terrazas sin distancia se seguridad. Egoísmo y falta de cabeza que no sólo vemos en España, también en otros países se producen estas escenas lamentables de descontrol y aglomeraciones en los primeros días de desescalada.
Como sucede en Francia. En las imágenes sobre estas líneas podemos ver a cientos de personas junto a la orilla de un canal en París. La mayoría tomando el sol alegremente sin la molesta mascarilla y sin mantener la distancia de seguridad.
Decenas de jóvenes y no tan jóvenes se arremolinaban ayer, en el arranque de la fase 1, en su primer día desconfinados. El coronavirus sigue al acecho pero no parece importar a estos parisinos ansiosos de rencontrarse con sus amigos y tomar un trago juntos. “No quiero que nos vuelvan sin confinar, mírales, sin mascarilla ahí aglutinados”, protestaba una mujer, perpleja ante tanto incivismo.
La Policía finalmente tuvo que intervenir para disolver la turba. Tras la polémica, el ministro francés del interior, Christophe Castaner, pedía prohibir el consumo de alcohol a orillas del Sena. Asimismo, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, quiere que el uso de mascarillas sea obligatorio también en la calle, no sólo en el transporte público.
A partir de este lunes, los franceses pueden desplazarse hasta un máximo de 100 kilómetros desde sus casas. El desconfinamiento es más estricto en París, calificada de rojo, y menor en las verdes.
En esta fase reabren también también los pequeños comercios. Lo hacen por ejemplo librerías y peluquerías, mientras que bares y terrazas permanecen cerrados, y largas colas aguardan a las puertas de las grandes tiendas de moda.