"Decidle a mamá que la quiero". Fueron las palabras que pronunció el menor de 13 años con síndrome de Asperger que fue tiroteado durante una actuación policial en Utah (EEUU), según muestran las imágenes de la cámara corporal de uno de los agentes.
Los vídeos publicados por el Departamento de Policía de Salt Lake City el pasado lunes muestran que varios agentes persiguieron al niño en el vecindario de Glendale el 4 de septiembre después de que su madre llamara al 911 para obtener ayuda ante el "colapso mental" que estaba sufriendo su hijo.
"¡Oye, policía! ¡Deja de correr!", grita un oficial después de que el niño, Linden Cameron, corrió por un patio trasero y escaló una cerca. En las imágenes se ve cómo un agente finalmente rompe una cerca de madera, mientras que otros persiguen al niño desde otras direcciones. Luego se les ve corriendo detrás del niño por un callejón, gritándole repetidamente que se detenga.
El niño deja de correr y nuevamente se le ordena que se tire al suelo. Un oficial grita justo antes de que suene una serie de disparos y el niño se derrumbe en el suelo. "No me siento bien", se le oye gemir mientras los oficiales le gritan que les muestre las manos. "Decidle a mi mamá que la quiero", añade.
Las imágenes no parecen mostrar a Linden sosteniendo un arma y el Departamento de Policía de Salt Lake City no menciona ninguno en un comunicado emitido el lunes. Después del tiroteo, "los oficiales se acercaron al chico, lo esposaron y comenzaron a brindarle asistencia médica", dice el comunicado.
Linden sobrevivió al tiroteo, pero el abogado de la familia, Zach Weyher, ha dicho que "tuvo suerte de estar vivo" porque el disparo atravesó órganos y destrozó huesos. La madre del niño, Golda Barton, dijo en entrevistas que le contó a la policía que no sabía cómo regular el comportamiento de su hijo.
En las imágenes de la cámara corporal, se la ve advirtiendo a los oficiales que la policía era un "detonante" para su hijo y que probablemente huiría. "Él ve la placa y automáticamente piensa que lo vas a matar o tiene que defenderse de alguna manera", dijo. "Se asusta". También dijo que Linden tenía lo que creía que podía ser una pistola de perdigones y que ese mismo día había amenazado con dispararle a su compañero de trabajo. "No creo que sea un arma de verdad", se la ve diciendo a los oficiales en el vídeo. Una agente le contesta que tendrían que actuar como si el niño tuviera acceso a un arma real.