El primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, ha anunciado que las medidas restrictivas para frenar el avance del coronavirus en el país, entre ellas la cuarentena total, se extenderán por tres semanas más, hasta el 9 de febrero.
Fue el último país en empezar las campañas de vacunación, el 6 de enero, y de los pocos en el mundo que no confinaron a sus ciudadanos en la primera ola, pero La Haya es consciente de la necesidad de mantener la distancia social para evitar la expansión de la cepa británica del virus, más contagiosa que las mutaciones anteriores, y para poner fin a la segunda ola, descontrolada desde finales de verano en Países Bajos.
“No nos queda más remedio que extender el confinamiento otras tres semanas más, hasta el martes 9 de febrero”, anunció el primer ministro, Mark Rutte, en una rueda de prensa en La Haya, en la que habló de “impotencia y frustración” por tener que ampliar el tiempo en el que se aplicarán las restricciones actuales, y no relajarlas el 19 de enero, como preveía.
Reconoció que el confinamiento es “cada vez más difícil de sostener y eso es comprensible”, porque el mundo lleva diez meses conviviendo con el miedo al coronavirus, pero subrayó la necesidad de extender el cierre de Países Bajos porque los contagios diarios, que empiezan a reducirse lentamente, aún siguen siendo muy altos.
El Instituto de Salud Pública (RIVM) confirmó hoy que ve una disminución en el número de contagios reportados por las diferentes regiones, puesto que han pasado de 56.440 casos semanales anunciados el martes pasado a un total de 49.398 en la última semana.
Esto supone una reducción de casi un 1 % en los resultados positivos de las PCR semanales, del 13,7 % al actual 12,8 % de positivos obtenidos en el total de pruebas realizadas.
Rutte no consideró que esta reducción sea suficiente y avisó de que cree que el toque de queda podría ser efectivo contra las reuniones de jóvenes o las visitas domiciliarias, por lo que “pedirá un consejo urgente” a sus asesores, pudiendo tomar otras “medidas alternativas” para evitar encuentros sociales.
Los carteles de "traspaso" empiezan a frecuentar en los bares y restaurantes del país. Rutte admitió las dificultades financieras por las que están pasando muchos negocios, en especial del sector de la hostelería, cerrado desde mediados de octubre, o las discotecas, cerradas desde marzo, y prometió un nuevo paquete de ayudas económicas para los empresarios más afectados por el confinamiento.
“Las consecuencias socioeconómicas son desgarradoras. No podemos aliviar todo el dolor de los empresarios, pero de momento, para que sigan viendo la luz al final del túnel, es importante que salvemos de esta crisis la mayor cantidad posible de puestos de trabajo y de empresas", añadió el primer ministro.
A pesar de los intentos de reabrirlos cuanto antes, los colegios e institutos tendrán que seguir cerrados hasta al menos el 25 de enero.
En ese momento, los niños de Primaria podrían volver con normalidad a las clases presenciales, pero, por precaución, los estudiantes de Secundaria deberán mantener una distancia interpersonal de metro y medio entre ellos y con los maestros, una medida que el Gobierno no había querido exigirles hasta ahora.
El Equipo de Gestión de Brotes (OMT), que asesora al Ejecutivo en esta pandemia, insistió en la necesidad de que los estudiantes mantengan la distancia social porque la percepción de que juegan un papel limitado en la transmisión del coronavirus es “un error”.
El ministro de Sanidad, Hugo de Jonge, también advirtió de los peligros de la cepa británica, que es “mucho más contagiosa” y “puede empeorar la situación mucho más rápido, algo que hay que evitar a toda costa”, aunque reconoció que todavía no se sabe mucho sobre el funcionamiento de esta mutación del coronavirus.
Rutte aseguró que el 2 de febrero se comunicará si se levanta el confinamiento en el plazo previsto o si habrá que ampliar el cierre, porque recordó que la variante británica “es un problema nuevo y no sabemos cómo se desarrollará” en las próximas semanas.
“Nuestro objetivo es vacunar a todas las personas vulnerables antes del comienzo de la primavera”, aseguró De Jonge, quien confirmó que la próxima semana será el turno de las residencias de ancianos y a mediados de febrero se podrá vacunar a los mayores de 60 años que vivan en casa, para que todos ellos hayan recibido la inyección antes de verano.
Además, el Gobierno mantiene su recomendación de no viajar fuera de Países Bajos hasta marzo y Rutte insistió en que el consejo oficial es “quedarse en casa” y solo salir o hacer los viajes de carácter familiar urgente o interés económico importante.
Rutte garantizó también que “no hay razón para cancelar las elecciones” generales previstas para el 17 de marzo, en las que se presenta a la reelección, y aseguró que se están tomando todo tipo de medidas para que la votación pueda llevarse a cabo con garantías.