La ola de calor que está asolando Australia está complicando mucho las labores de extinción de los incendios que, desde hace meses, queman el país.
A las sofocantes temperaturas que ascienden a los 40 grados, se suman los fuertes vientos. Los servicios de emergencias trabajan sin descanso en el área de Yanchep, la zona más afectada, para evitar daños personales.
Desde el mes de noviembre han fallecido, a causa de los incendios, cuatro personas, se han quemado un millón de hectáreas y se han calcinado más de 400 viviendas.