El nuevo y crucial papel de Polonia en Europa tras la invasión de Rusia a Ucrania
Polonia emerge como un país dotado de una relevancia internacional que no se recuerda en el pasado reciente polaco.
Varsovia avisó de la agresividad de Moscú, siempre apostó por duras sanciones y, tras el inicio de la guerra, recibe más refugiados que nadie además de ser punto de entrega de armas a la resistencia ucraniana.
Hay un dicho geopolítico de incierta autoría según el cual “la geografía es el destino”. Se atribuye, entre otros, a Napoleón, y sirve para explicar que la ubicación en el mundo de los países marca su porvenir.
Independientemente cuanto haya de verdad en esa expresión, Polonia es estos días una nación que está siendo aupada en la escena internacional por su proximidad con Ucrania, un país que aguanta desde hace un mes la invasión del Ejército de la Rusia de Vladimir Putin. En su pasado reciente, Polonia nunca fue tan importante para la Unión Europea y Occidente.
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El mes de combates que ha traído la invasión rusa está resultando en la destrucción de ciudades, muertes de civiles y millones de desplazados. Polonia, que tiene una frontera de unos 350 kilómetros con Ucrania, se ha convertido en en el primer país receptor de refugiados que huyen de los combates.
A estas alturas, el número de refugiados llegados a Polonia va camino de ser dos millones. Se estima que la mitad de las personas que llegan estos días a Polonia cuentan con quedarse en suelo polaco. Sea como fuere, las instituciones del país, tanto gubernamentales como de la sociedad civil, se vuelcan en el apoyo a estas otras víctimas de la guerra.
“Para Polonia, la llegada de estos refugiados supone enormes desafíos humanitarios. Si esta gente se queda allí indefinidamente habrá situaciones complicadas económicas y sociales”, dice a NIUS Aleks Szczerbiak, profesor de la Universidad de Sussex (Reino Unido) y politólogo con el foco puesto en el este europeo.
La solidaridad con los refugiados ucranianos
A su entender, de momento, la solidaria acogida que está dando Polonia a los refugiados ucranianos sirve para hacer olvidar la política anti-demandantes de asilo que mantuvo el país en la crisis migratoria de 2015-2016 generada por la guerra civil en Siria. “La actual crisis de refugiados se está viendo internacionalmente de una forma que está beneficiando a Polonia en sus relaciones públicas”, señala Szczerbiak.
En este contexto, no sorprende que dos líderes políticos polacos, el primer ministro, Mateusz Morawiecki, y el viceprimer ministro, Jaroslaw Kaczynski, se desplazaran hasta Kiev la semana pasada para apoyar al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, junto a los jefes de los gobiernos de Chequia y Eslovenia.
Sin duda, también juega a favor de las autoridades polacas el que éstas puedan sacar pecho de haber estado avisando a diestro y siniestro de la agresividad rusa en en el ámbito internacional. En Varsovia siempre fueron hostiles a ideas como la en vano perpetuada Ostpolitik, una política de acercamiento a Rusia que justifica, por ejemplo, la finalización del gasoducto Nord Stream 2.
Dicha infraestructura, diseñada para doblar la cantidad de gas natural ruso que llega a Alemania directamente desde Rusia, ha quedado congelada tras el reconocimiento de Putin de las prorrusas Repúblicas Populares de Donetsk (RPD) y Lugansk (RPL), territorios desde los que el Ejército ruso también se está proyectando en su invasión en Ucrania. Ese reconocimiento llegó días antes de que Putin ordenara la invasión.
Polonia inspira ahora a países como Alemania en su relación con Rusia
“El gobierno polaco lleva alertando de la peligrosidad del régimen de Putin desde hace años. Ha criticado mucho cómo Francia y Alemania se han comportando con Rusia, desarrollando relaciones bilaterales con cosas como el Nord Stream 2 en el caso alemán”, dice Szczerbiak.
“El argumento polaco es que la Rusia de Putin es un régimen agresivo, expansionista y neoimperial. Ante la invasión a Ucrania, en Varsovia sienten que la situación actual les da la razón y que su crítica a ese régimen ha probado ser cierta”, añade este experto. Por eso también “ha ganado rápidamente enteros la posición polaca de imponer duras sanciones económicas contra Rusia”, abunda.
Polonia, ha sido de los países que más ha presionado para que Alemania cambiara de actitud, no sólo ante Rusia, sino también en materia de Defensa, extremo que ha terminado ocurriendo tras el inicio de la invasión rusa a Ucrania. Ahora, Alemania tiene planes concretos de rearme, con un fondo especial para ese fin dotado de 100.000 millones de euros.
Casi una década con un gasto en defensa del 2% del PIB
En 2024, según ha prometido el canciller alemán Olaf Scholz, Alemania comenzará a dedicar el 2% de su PIB a defensa. Ese porcentaje es el que Polonia lleva, de media, invertidos en defensa desde que en 2014 Rusia se anexionara ilegalmente Crimea y apoyara a la creación de la RPD y la RPL.
Desde 2014, Polonia forma parte de esos países del este europeo, como las naciones bálticas, dedicados a la “denuncia del carácter ofensivo de Rusia, de la amenaza militar directa que representa y de la necesidad de luchar desde ya contra las maniobras de desestabilización de Rusia, reduciendo su influencia”, ha escrito en un reciente análisis el investigador Thibault Fouillet, de la Fundación para la Investigación Estratégica, un think tank con sede en París.
Con esto en mente y dotada de una amplia frontera con Ucrania, Polonia se ha convertido en el país de mayor tránsito de armas occidentales destinadas a la defensas ucranianas. “Este papel da a Varsovia una mejor posición en la OTAN y la UE, ya que ninguna de las dos organizaciones está en condiciones de interferir militarmente en Ucrania”, ha explicado Judy Dempsey en uno de sus recientes análisis para el Carnegie Europe, centro de estudios del Fondo Carnegie para la Paz Internacional dedicado al viejo continente.
La lucha de Ucrania, las autoridades polacas la consideran una lucha por la propia Europa. “Europa debe entender que si pierde Ucrania, dejará de ser Europa. Será una versión derrotada, humillada y patética de sí misma”, ha dejado dicho Morawiecki.
Polonia, “flanco este de la OTAN con mayor componente militar”
No en vano, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en su paso por Europa esta semana, realizará el viernes una visita a su homólogo polaco, Andrej Duda, para mantener una reunión bilateral. El desplazamiento de Biden a Europa, dicen en la Casa Blanca, está destinado a la respuesta que Estados Unidos y sus aliados deben “dar a la crisis humanitaria provocada por la injustificada guerra de Rusia contra Ucrania”.
El paso de Biden por Varsovia debería certificar el cambio de la relación entre Estados Unidos y Polonia. “Hasta hace muy poco, el Gobierno polaco tenía una relación muy particular con la administración Biden. Esto tiene que ver con la relación privilegiada que tuvieron las autoridades polacas con Donald Trump, en quien en el partido en el poder en Polonia veían como un alma gemela. Pero esta situación ha cambiado debido a la guerra en Ucrania”, señala Szczerbiak desde la Universidad de Sussex.
“Las tropas de Estados Unidos han empezado a llegar por centenares a Polonia, creo que hay ahora mismo unos 9.000 militares estadoundenses. Además, Polonia ha estado comprando equipos militares estadounidenses. Polonia se ha convertido en el país del flanco este de la OTAN con un mayor componente militar”, abunda este experto.
De fondo, el enfrentamiento polaco con la UE
Esa relevancia no quiere decir, sin embargo, que Polonia pueda hacer y deshacer a su gusto en la respuesta que los aliados de Ucrania están dando a la invasión rusa.
Varsovia no pudo aportar sus aviones MiG-29 al Ejército ucraniano tal y como se planteó hace unos días. Además, aunque puedan pasar a un segundo plano por la súbita importa polaca en la respuesta occidental ante la Rusia de Putin, no se olvidan los problemas que el Ejecutivo polaco arrastra ante la Unión Europea.
Ahí está, por ejemplo, la reforma del sistema judicial polaco que enfrenta a Bruselas y Varsovia por verse en ella un sometimiento de los jueces al poder ejecutivo del país. “Estos procesos parecen algo de segundo orden para mucha gente ahora mismo en Polonia. Al menos lo son cuando si se comparan con el destacado papel de Polonia en una respuesta ante Rusia que exige tanto a nivel diplomático, de ayuda a los refugiados y demás”, señala Szczerbiak
“Pero más a largo plazo, la crisis en Ucrania se resolverá, y cuando vuelva la política, digamos, normal, entonces será interesante saber qué pasa. No creo que estas cosas vayan a desaparecer”, concluye, aludiendo a los conflictos políticos que separan a Polonia de las autoridades europeas.