Nueva Zelanda estudia una serie de medidas antitabaco que contemplan la prohibición de la venta de cigarros a las personas nacidas después del 2004, como parte de un plan para crear una nación "libre de humo" para 2025, según informa TVNZ.
Reducir significativamente el número de puntos de venta de tabaco del país, reducir los niveles de nicotina en los cigarrillos, prohibir los filtros y aumentar aún más los precios son propuestas que podrían estar en camino, según se recoge el Plan de Acción Smokefree Aotearoa 2025.
El documento incluye propuestas del Ministerio de Salud para fortalecer las reglas y la gobernanza en torno al tabaco y hacer que los productos de tabaco sean menos disponibles, adictivos, atractivos y más caros. Las autoridades estudian aumentar gradualmente la edad legal para fumar y finalmente prohibir la venta de cigarrillos a cualquier persona nacida después de 2004.
El objetivo es eliminar gradualmente el consumo de tabaco en el país en los próximos años, creando una Nueva Zelanda "libre de humo" para 2025. El Ministerio de Salud ha explicado que "aún queda mucho por hacer", pese a que las tasas de tabaquismo han disminuido en la última década. Prevén reducir el consumo entre "los maoríes, los pueblos del Pacífico y los que viven en nuestras comunidades más desfavorecidas".
Las autoridades sanitarias han invitado a la ciudadanía a aportar sugerencias sobre el plan de acción, que publicaron oficialmente el pasado jueves. Los neozelandeses tendrán de plazo hasta el 31 de mayo para compartir valoraciones antes de que la iniciativa entre en la siguiente fase para convertirse en ley.
La ministra adjunta de Salud, Ayesha Verrall, ha detallado que el Gobierno escuchará a la población y a las empresas involucradas sobre las medidas que podrían ser viables. "Alrededor de 4.500 neozelandeses mueren cada año a causa del tabaco y tenemos que avanzar aceleradamente", explicó.
Por otro lado, varios expertos han sugerido que limitar la venta de tabaco podría llevar a la quiebra a los propietarios de las tiendas locales y que las restricciones podrían alimentar un merado negro no regulado, lo que dañaría la economía.