Una niña ha sufrido las consecuencias de no utilizar un calzado adecuado durante el verano en Hull, Reino Unido. La pequeña Poppy Hallet estuvo más de tres semanas sin caminar correctamente por pasar tan solo diez minutos con unas cangrejeras de goma.
Su madre, Vikki Hallet, se dio cuenta de que la niña cojeaba por su casa tan solo diez minutos después de que estrenara sus zapatos nuevos. “Cuando se los puse, ni siquiera hacía calor. Era un día fresco y solo los usaba en la casa”, ha afirmado al diario Hull Live.
“Solo los tuvo puestos durante diez minutos. Dentro de este tiempo noté que comenzaba a cojear, así que se los quité de inmediato”, ha asegurado su madre. “Debajo de sus pies tenía ampollas. Le tomé una foto una semana después y los tenía llenos”, ha continuado.
La mujer ha compartido lo ocurrido a través de Facebook en respuesta a una historia similar que tuvo lugar en Reino Unido. La madre de la pequeña decidió tirar los zapatos y asegura que no los volverá a comprar más. “Cuando mi hija ve los zapatos de gelatina dice: ‘mamá son los zapatos que me lastiman los pies’. No los puede ni mirar”, ha concluido.