En Alemania, aún no ha empezado lo más duro de la campaña electoral para las elecciones generales del próximo 26 de septiembre. Eso parece mantener vivas las esperanzas en el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD).
Si sólo dependiera de escuchar a Nils Schmid (Tréveris, 1973), diputado y portavoz de temas internacionales en el Bundestag, se podría incluso confiar en que el sustituto de la canciller Angela Merkel salga de las filas de los socialdemócratas. Pero no es eso, ni mucho menos, lo que dicen de momento las encuestas de intención de voto.
En los sondeos de cara a la gran cita electoral de este año, al SPD se le atribuye entre un 15% y un 17,5% de la intención voto. Son mínimos históricos para un partido al que en su día llegó a votar casi media Alemania. Ahora en las encuestas, el SPD está por detrás de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Merkel y Los Verdes. Esto último constituye la gran novedad demoscópica respecto a otros grandes años electorales.
Sin embargo, Schmid asegura en esta entrevista con NIUS que su partido acudirá a la cita con las urnas con la idea de que su candidato a canciller, el vicecanciller y ministro de Finanzas, Olaf Scholz, “llegue a la Cancillería Federal”.
“Ahora tenemos más posibilidades de conseguir llegar a la Cancillería Federal porque el bonus que da el canciller a su partido en elecciones generales ha dejado de contar”, expone Schmid. “Porque Merkel no se presenta como candidata a la reelección. Es la primera vez desde la Segunda Guerra Mundial. Este escenario abre nuevas posibilidades políticas, también para el SPD”, añade.
Él da a entender que Los Verdes no se auparán el 26 de septiembre como principal partido progresista de Alemania. Pero, sobre todo, plantea una futura alianza gubernamental entre socialdemócratas y ecologistas especialmente atractiva para los que anhelan una mayor integración en Europa.
“El SPD y Los Verdes están a favor de una unión fiscal fuerte en la UE”, dice Schmid. A su entender, respecto a la CDU y los liberales del FDP, esa “es la gran diferencia en términos de política europea de cara a las próximas elecciones generales”. “Sólo habrá una Europa más fuerte en términos monetarios con un gobierno del SPD y Los Verdes”, abunda.
P: En esta entrevista vamos a hablar de política alemana. Pero permítame preguntarle primero por el gasoducto Nord Stream 2, que traerá más gas ruso directamente a Alemania. Acaba de recibir luz verde de la canciller Angela Merkel y del presidente de Estados Unidos, Joe Biden
No es un proyecto del SPD, sino de muchos partidos, incluida la CDU de Merkel. Por eso es algo bueno que el Gobierno alemán haya alcanzado un compromiso con Estados Unidos. El proyecto ha lastrado durante demasiado tiempo la relación con Estados Unidos y con los socios europeos.
P: La amplia mayoría en la comunidad de expertos de Alemania opina en contra del Nord Stream 2, al igual que los países del este europeo como las naciones bálticas, Polonia u otras voces en países occidentales
Sin duda, el Gobierno alemán se ha limitado a decir durante demasiado tiempo que estamos ante un proyecto únicamente comercial. Claramente, el proyecto también tiene dimensiones políticas. Negar este aspecto no ha sido inteligente. Sin embargo, quienes están en contra del proyecto han simplificado las cosas. Porque un gasoducto no determina si uno está a favor o en contra de Rusia. Por ejemplo, en Estados Unidos, la misma gente que está en contra del gasoducto no tiene problemas con que su país siga importando petróleo ruso. Lo que hace falta es una estrategia de Europa y Estados Unidos que considere en su totalidad la relación con Rusia y que no lo haga en función de un gasoducto. Hacer eso es deshonesto.
P: Si el SPD vuelve a ser responsable del Ministerio de Asuntos Exteriores, como ahora lo es en la 'gran coalición', tras las próximas elecciones generales de septiembre, ¿Qué tipo de relación tendrá Alemania con Rusia? Se dice que sólo Los Verdes tienen una línea dura ante Vladimir Putin...
Esa observación es errónea. El SPD ha apoyado desde el principio las sanciones contra Rusia tras la invasión de Crimea y por la ocupación de Donbás, en Ucrania. Hay en el SPD una posición clara al respecto. Criticamos el retroceso de las libertades democráticas y los derechos humanos en Rusia, pero al mismo tiempo mantenemos un diálogo con este país sobre cuestiones globales como la protección del clima o el control de armas. Esto no cambiará si Olaf Scholz es el canciller de Alemania. Sabemos que mientras esté Putin en el poder, no podrá haber partenariado estratégico con ese país, donde el poder se ejerce cada vez de manera más antidemocrática.
P: Para el SPD, y con la mirada puesta en las elecciones de septiembre, ¿Qué otros asuntos de política exterior son importantes para Alemania?
El más importante es el fortalecimiento de la Unión Europea. Porque Alemania, por sí sola, no puede hacer gran cosa en el mundo. Fortalecer la soberanía europea significa aumentar las capacidades de la UE tanto en su espacio interior como en el exterior. Esto tiene que ver con que la UE extienda sus capacidades en ámbitos como las políticas comerciales, industriales, a nivel tecnológico y con el fortalecimiento del euro en los mercados internacionales, también con eurobonos. En definitiva, que la UE amplíe sus capacidades más allá de las clásicas capacidades diplomáticas y militares, sino también en lo que respecta a la rivalidad con los sistemas autoritarios. Las democracias sólo se van a imponer a esos regímenes si rinden y son innovadoras, y si entre las sociedades democráticas hay una solidaridad fuerte.
P: ¿Pero está el SPD dispuesto a que haya más inversión en defensa, por ejemplo? Este tema siempre ha sido casi un tabú en Alemania...
No hay duda de que Alemania tiene que gastar más en medios para su Ejército. Tenemos un gran atraso en términos de inversiones. Por eso, Olaf Scholz, como ministro de Finanzas, ya ha hecho aumentar las dotaciones presupuestarias para la defensa. Tan importante como eso es que Alemania haya mostrado ya durante la pandemia más solidaridad. Con Scholz en el Ministerio de Finanzas, Alemania ha actuado más rápido que hace diez años, en tiempos de la crisis financiera. Él ha apoyado al máximo el Plan de Recuperación para Europa. Y esa debe ser la línea que Alemania ha de seguir en la UE y en la zona euro.
P: Con el Plan de Recuperación para Europa aparecen por primera vez las deudas comunes en la UE. Usted hablaba antes también de eurobonos. Esas deudas, para los países de la UE, ¿Han de ser algo temporal o una herramienta más?
Las deudas comunes del Plan de Recuperación para Europa sólo pueden ser un primer paso. En el futuro necesitaremos los eurobonos. Olaf Scholz no ha hablando en vano del 'momento hamiltoniano' de Europa, en el que hay que apoyar la estructuración de una integración monetaria y fiscal. Como le decía, tenemos que fortalecer el euro no sólo en las fronteras internas de Europa, para poder mantener la unión monetaria, sino que también necesitamos fortalecerlo externamente de manera que el euro gane peso en los mercados de capitales. Porque ya hemos visto cómo la economía europea puede verse bajo presión por sanciones de terceros países, mayormente porque el dólar domina el sistema internacional de pagos. Para equilibrar esto, necesitamos profundizar la integración financiera de mercados y emitir deuda común.
P: Habla usted de cómo Olaf Scholz ha apoyado las deudas comunes del Plan de Recuperación para Europa. Pero prácticamente en todo el espectro político alemán, incluidos los conservadores de la CDU, se ha aceptado la idea de las deudas comunes para hacer frente a la pandemia, ¿no es así?
Alemania, sin lugar a dudas, ha aprendido de los errores cometidos durante la crisis financiera. Por eso ahora también los conservadores han aceptado la idea de los “corona-bonos” que implica el Plan de Recuperación para Europa. Sin embargo, hay una gran diferencia entre, por un lado, el SPD y Los Verdes, y, por otro, la CDU y los liberales del FDP. CDU y FDP ven esos “corona-bonos” como una excepción, mientras que el SPD y Los Verdes están a favor de una unión fiscal fuerte en la UE. Esta es la gran diferencia en términos de política europea de cara a las próximas elecciones generales. Y sólo habrá una Europa más fuerte en términos monetarios con un gobierno del SPD y Los Verdes.
P: Pero con esas ideas sobre lo que ha de ser la UE de SPD y Los Verdes, corríjame si me equivoco, no se ganan elecciones en Alemania.
En Alemania, para ganar las elecciones, hace falta una posición pro-europea fuerte. Pero eso no es suficiente. Antes van, en estos tiempos de pandemia, cuestiones de políticas sociales y económicas. Por ejemplo, cómo se puede preparar a la economía del país, en especial la industria del automóvil y el sector energético, para los cambios que hacen falta, cómo se les puede apoyar o cómo se puede invertir en infraestructuras o qué hacer para que la sociedad no caiga en grandes disparidades.
P: En todos estos temas, el SPD compite con Los Verdes, percibidos como la principal alternativa en el poder a la CDU. ¿Qué ha pasado para que el SPD haya perdido el estatus del principal partido progresista de Alemania?
Yo estoy convencido que en la noche electoral, Olaf Scholz y el SPD van a estar por delante de Los Verdes. Sin embargo, los últimos cuatro años, para el SPD, han sido todo lo contrario de óptimo. Tuvimos dentro del partido muchas diferencias sobre temas como la 'gran coalición', sobre el liderazgo en tiempos de Andrea Nahles [predecesora de la dupla de co-presidentes que ahora dirige del partido, ndlr.] y, en suma, todo eso dañó nuestra imagen. Pero el SPD es ahora mismo el único partido progresista que sabe de las cuestiones específicas económicas, sociales y ecológicas. Esto es algo que, junto con la competencia y experiencia de Olaf Scholz, contará en las elecciones
P: Está claro que el SPD tiene esa experiencia de Gobierno. ¿Pero es eso lo que de verdad diferencia a Los Verdes y al SPD?
En cualquier caso, nuestro candidato tiene esa fortaleza respecto a la aspirante a canciller de Los Verdes, Annalena Baerbock. El problema, sin embargo, es que en los últimos años el SPD no se ha aprovechado de haber participado en el Gobierno. Porque el Gobierno estaba liderado por Merkel y esas labores del Ejecutivo siempre han premiado electoralmente a la CDU. Pero ahora tenemos más posibilidades de conseguir llegar a la Cancillería Federal porque el bonus que da el canciller a su partido en elecciones generales ha dejado de contar. Porque Merkel no se presenta como candidata a la reelección. Es la primera vez desde la Segunda Guerra Mundial que un canciller no se presenta a su reelección. Este escenario abre nuevas posibilidades políticas, también para el SPD.
P: Pero el SPD tiene otro problema. Y es que Olaf Scholz, por bien considerado que esté en los sondeos, no logra que el partido reciba más votos, según las encuestas.
Es cierto. Pero durante la campaña electoral vamos a dejar claro que la idea es que Olaf Scholz llegue a la Cancillería Federal. Y que para que eso pase hay que votar al SPD.
P: Normalmente se dice que las elecciones se ganan al conquistar el centro. Pero el programa del SPD para estas elecciones parece querer recuperar votantes decepcionados que han podido pasarse a votar por los izquierdistas de Die Linke
No hay giro a la izquierda. Lo que hay es un perfil político claro del SPD en materia de política social. El programa del SPD está muy centrado en dotarse misiones de futuro. Es decir, de preparar al país para las transformaciones que vienen con Olaf Scholz como canciller. Porque llevamos ya mucho tiempo hablando de cambio climático y de energías renovables. Pero, con las infraestructuras para recarga de vehículos eléctricos, no estamos llegando a lo que se necesita. También hablamos mucho de la necesidad de la digitalización, de invertir en esto, pero ese proceso está retrasado. Ahora lo que necesitamos es un canciller que tome los temas que hacen falta sacar adelante y los haga avanzar. No es tanto una cuestión de ideología. Lo que hay que hacer es implementar medidas.
P: Tras las elecciones de septiembre, muchos cuentan con que haya una coalición entre conservadores y ecologistas. Pero el SPD también podría participar en una coalición, ya sea, por ejemplo, con conservadores y liberales, o con ecologistas y liberales. ¿Qué opciones ve usted para que su partido permanezca en el poder?
Tras las elecciones habrá una coalición gubernamental liderada por el candidato de la CDU o una coalición liderada por el candidato del SPD. Para el SPD, lo decisivo en una coalición es que haya más justicia en materia de impuestos, que se invierta más en los servicios del estado – algo que se ha visto que es especialmente importante en la pandemia – y que se asegure el futuro de nuestra industria y sus puestos de trabajo. Para estos fines, estoy seguro de que encontraremos socios de gobierno. Respecto a los otros partidos, en el SPD nos sentimos más cerca de Los Verdes.