Si hay una Navidad de cine, esa es la de la ciudad de Nueva York. Los rincones más emblemáticos de la ciudad se engalanan en estas fechas con luces, originales adornos y, sobre todo, un gran espíritu navideño que contagia a todos sus habitantes y visitantes.
Todos los ojos miran hacia la Gran Manzana, decorada con impactantes adornos, villancicos en cada rincón y llamativos escaparates, que son auténticas obras de artes dignas de inmortalizar.
Pero la gran estrella de las Navidad es, sin duda, la plaza del Rockefeller Center, donde luce un impresionante árbol, de 24 metros de altura, coronado con una brillante estrella. Hasta aquí llegan miles de turistas para hacerse fotos o patinar en la pista de hielo más famosa del mundo.
Obligatorio también es darse un paseo por el mercado navideño de Bryant Park, donde este año los elementos decorativos se adaptan a los tiempos de pandemia que corren.
Por la noche, sin duda, la ciudad es todavía más impresionante. Las luces se convierten en las grandes protagonistas y es posible encontrar jardines de cuento, iluminados con pura magia. Y es que Nueva York sigue brillando con luz propia.