Un hombre de 29 años ha muerto tras ser víctima de un ataque homófobo en Letonia en el que sus agresores le rociaron con gasolina y le prendieron fuego cuando este se encontraba en su propio domicilio.
Normunds Kindzulis trabajaba como sanitario y murió después de ser encontrado por su compañero "ardiendo como una antorcha". Según denuncian varias asociaciones defensoras de los derechos de las personas LGTBI, se trata de un ataque de carácter homófobo.
Los activistas también acusan a la policía de no haber hecho nada y piden que el crimen se investigue también como un delito de odio.
Kindzulis murió como consecuencia de las graves quemaduras que sufrió en el 85% de su cuerpo tras ser rociado con gasolina en su propio domicilio.
Según publican medios de todo el mundo, el fallecido había recibido varias amenazas de muerte en el pasado llegando incluso a tener que mudarse desde Riga a Tukums.
La Policía no ha querido descartar la posibilidad de que se trate de un suicidio motivado por estas amenazas pero las organizaciones continúan apuntando a un crimen de odio.