José Antonio Lazard, un mexicano paciente de covid en el Instituto de Ciencias Médicas y Nutrición. La saturación de algunos hospitales en México es tal que faltan camas para atender a los pacientes.
La familia de José Antonio ha explicado que ante la falta de camas en los hospitales, primero fue atendido en casa y después trasladado al Instituto de Ciencias Médicas y Nutrición pero en un sillón porque no había camas, tampoco respiradores.
“Lo mejor que le podría haber a mi padre es que lo intubaran pero ellos no tenía ya terapia intensiva, estaban desbordados. Yo lo único que pedía es que no sufriera y no sintiera dolor”, ha dicho su hija Adriana Lazard, que asegura que su padre no salía de su casa en Pedregal de Santo Domingo en Coyacán, para nada.
“La doctora nos dijo que mi padre estaba muy deteriorado, que el virus avanzaba muy rápido y que tenía taquicardia. El oxígeno no llegaba a su corazón y nos dijo que le quedaban horas”, ha explicado la hija del fallecido.
Ella lamenta que a su alrededor la gente “no se cuida” y es imprudente. “Es una zona de riesgo”, ha dicho en Televisa News tras ver morir a su padre en un sillón, sin los recursos médicos que necesitaba.
Otra mujer, cuyo marido permanece en otro sillón en el mismo Instituto donde ha muerto Lizard ha explicado que su esposo ha sido rechazado en varios hospitales de la ciudad durante los 15 días que lleva enfermo. Solo en este centro habilitado para acoger a pacientes de covid ha encontrado una silla. Como Lizard también necesita un respirador que no hay.
En México han muerto 144.000 personas por coronavirus y los contagiados alcanzan 1.690.000 enfermos.