Fabrizio Soccorsi, de 78 años, fue ingresado en el Hospital Gemelli por una condición oncológica pero, finalmente, su muerte se produjo debido a complicaciones de la covid. Francisco lo había elegido como su médico personal en 2015, cuando era consultor de la Dirección de Sanidad e Higiene del Vaticano y director emérito de Hepatología del Hospital San Camilo de Roma.
Según recoge el perfil que publica el Vaticano, Fabrizio Soccorsi nació el 2 de febrero de 1942 en Roma. Se graduó en medicina y cirugía en la Universidad La Sapienza en 1968 y, tras obtener la licencia para ejercer al año siguiente, había llevado a cabo una amplia gama de actividades, tanto a nivel médico como docente, hasta tener el cargo como jefe del departamento de Hepatología y director del departamento de Enfermedades Hepáticas, Aparato Digestivo y Nutrición y del departamento de Medicina Interna y Especializada del Hospital San Camillo Forlanini de Roma.
Enseñó inmunología en la Escuela de Medicina de los Hospitales de Roma y de la Región del Lazio, había realizado cursos de actualización sobre patologías hepáticas en el Hospital San Camilo y había ocupado la cátedra de Medicina Clínica y Farmacología en la Facultad de Medicina y Cirugía de la Universidad La Sapienza. También desarrolló varias colaboraciones y consultorías en el sector público, con más de un centenar de publicaciones y contribuciones científicas.
Según recoge, 'Vatican News' En junio de 2017 se vio profundamente afectado por la muerte de su hija Cristiana, quien falleció tras una larga enfermedad.
El Papa ha anunciado que se vacunará "la semana que viene" contra el coronavirus dentro del plan de vacunación en el Vaticano, al tiempo que ha arremetido contra el "negacionismo suicida" de los que niegan su eficacia.
"La semana que viene empezaremos a hacerlo (vacunarse), ya tengo mi cita", ha revelado el Papa en una entrevista con la cadena italiana Canale 5 que se emitirá de forma completa este domingo.
"Hay que hacerlo", ha insistido Francisco tras lamentar que existe "un negacionismo suicida que no consigo explicar". Y ha agregado: "Creo que desde el punto de vista ético todo el mundo debe vacunarse, porque no solamente pones en peligro tu salud, tu vida, sino también las de los otros".
El Papa ha recordado además que cuando era pequeño hubo una "epidemia de la poliomelitis". "A causa de la cual muchos niños quedaron paralizados y todo el mundo esperaba ansiosamente una vacuna (...) Cuando llegó la vacuna la daban con azúcar", ha manifestado. Y ha agregado: "Luego crecimos a la sombra de las vacunas, contra el sarampión, contra esto, contra aquello... vacunas que se daban a los niños".
Por eso ha señalado que no entiende "porqué algunos dicen: 'No, la vacuna es peligrosa'". "Pero si los médicos la presentan como algo que puede ser bueno, que no presenta riesgos particulares, por qué no hacerlo", se ha cuestionado.