Un bombero ha muerto este sábado cuando luchaba contra un incendio que se estaba desarrollando en el estado de Victoria, en el sureste de Australia, por lo que ascienden a al menos 27 las personas fallecidas a causa de los incendios en el país.
El profesional tenía 40 años de experiencia y ha fallecido cuando trabajaba en la extinción de un incendio en el área de Omeo, según ha confirmado este domingo el responsable de su departamento Chris Hardman. Según apuntan varios medios, el bombero podría haber fallecido tras la caída de un árbol.
Una mejora de las condiciones climáticas, con una bajada de temperaturas, lluvia y vientos más débiles han dado un respiro a los bomberos durante este sábado en Victoria y Nueva Gales del Sur. En la ópera de Sidney, se ha mostrado un mensaje de ánimo en homenaje a los bomberos que están trabajando para sofocar los fuegos.
Mientras tanto, el primer ministro de Australia, Scott Morrison, ha asegurado este domingo que el cambio climático está impactando en veranos más largos, cálidos y secos y ha insinuado la realización de posibles cambios políticos para reducir las emisiones contaminantes.
El presidente está siendo criticado duramente por su posición durante los fuegos que están arrasando el país, además de por irse de vacaciones a Hawai y por disminuir la importancia que el cambio climático ha tenido en estos hechos. Morrison ha admitido que podría haber actuado "mucho mejor en el terreno", en declaraciones a la cadena ABC. "Son ambientes emocionales y sensibles, los primeros ministros también somos de carne y hueso", ha indicado.
En este sentido, Morrison ha sostenido que ha sido una escalada de incendios "sin precedentes" y que la gente tiene "nuevas expectativas" sobre la actuación del Gobierno. Estas afirmaciones se producen después de que miles de personas salieran a la calle en diferentes ciudades de Australia para protestar contra el Gobierno de Morrison y sus políticas medioambientales ante la terrible situación provocada en el país por los virulentos incendios forestales registrados durante los últimos meses.
Las protestas tuvieron lugar días después de que la Agencia de Meteorología del país señalara que Australia vivió en 2019 su año de mayor calor y sequía, algo que estaría relacionado con los incendios forestales. Australia ha atravesado condiciones climáticas "extremas", con previsiones para el fin de semana que superaron los 40 grados centígrados y vientos de hasta 90 kilómetros por hora en muchas áreas rurales, situaciones que han dificultado la extinción de un fuego que ya ha devorado unos 10 millones de hectáreas en todo el país.