El coronavirus no solo se ha cobrado las vidas de las víctimas de la covid-19. Otras personas con otras enfermedades han sufrido las consecuencias del colapso sanitario de la pandemia. En Reino Unido, Adrian Rogers, un paciente con cáncer ha fallecido después de que su operación fuese cancelada en marzo de 2020.
Adrian Rogers, de Retford, fue diagnosticado por primera vez con cáncer de intestino en etapa cuatro en julio de 2018, a los 44 años. El cáncer se extendió a su hígado y Adrian, que en ese momento tenía 46 años, comenzó un tratamiento de quimioterapia porque en ese momento los tumores eran inoperables.
Como resultado del tratamiento, estos redujeron su tamaño y en febrero de 2020, le dieron una buena noticia: podrían operar su hígado para extirparlos. Lo harían en marzo o abril, según publica examinerlive.co.uk.
Sin embargo, la pandemia azotó en estas fechas en gran parte del mundo y los sistemas sanitarios de varios países estaban desbordados ante la cantidad incesante de ingresos por coronavirus. La operación de Adrian Rogers se suspendió y, meses después, los tumores no solo aumentaron de tamaño sino que multiplicaron su cantidad por más de tres. No había operación posible.
En este tiempo, su mujer Amanda Rogers se desvivió para tratar de salvar la vida de su marido. Inició una página de recaudación de fondos denunciando que el hombre había sido abandonado por el sistema sanitario británico y necesitaba pagar un tratamiento que compaginaba con la quimioterapia que costaba 684 euros cada día.
A través de la página que inició en la plataforma ‘GoFundMe’, logró 37 000 euros para un tratamiento con el que pretendían que de nuevo los tumores se volviesen operables.
Sin embargo, la salud de Adrian Rogers empeoró y falleció el 27 de febrero. Escribo el post que nunca habría querido escribir con el corazón roto. Hace tres semanas, Adrian falleció. Quería dar las gracias a todos los que nos ayudaron en esta batalla”, informaba Amanda en la página.