La desaparición de Tom y Eileen Lonergan, una pareja estadounidense, sigue siendo todo un misterio 23 años después. Los jóvenes acudieron de visita a la Gran Barrera de Coral, ubicada frente a la costa de Queensland en el noreste de Australia, y quedaron a la deriva en aguas infestadas de tiburones después de que la tripulación del barco de buceo en el que viajaban se olvidara de ellos. Su historia ha inspirado una película de éxito.
Según informa Daily Star, todavía no hay señales del matrimonio más de dos décadas después de su desaparición, cuando buceaban junto al barco turístico Outer Edge. Los Lonergan llegaron a Port Douglas, en el norte de Australia, en enero de 1998 en busca de aventuras. Tras un período de servicio de dos años con el Cuerpo de Paz de los Estados Unidos en Tuvalu y Fiji, decidieron que visitarían la imperdible Gran Barrera de Coral.
Casados durante 10 años, Tom y Eileen se conocieron mientras estaban en la universidad en Louisiana, EEUU. La pasión de Eileen por el buceo acercó la práctica a Tom pronto. El viaje a Queensland fue la conclusión de sus intereses y, en cierto modo, también de su relación.
El diario de Eileen, apenas dos semanas antes del viaje, incluía la inquietante afirmación de que Tom tenía un "deseo de muerte". La joven de 28 años escribió: "Espera tener una muerte rápida e indolora, y espera que suceda pronto".
"Tom no es un suicida, pero tiene un deseo de muerte que podría llevarlo a lo que desea y yo podría quedar atrapada en eso", añadía el diario. No obstante, nada parecía estar mal cuando la pareja emprendió su aventura a la Gran Barrera de Coral, hasta que la tripulación del barco en el que viajaban les abandonó en medio del océano, dejándolos a la deriva en aguas infestadas de tiburones.
En la costa de Queensland, a menudo se observan enormes tiburones mortales, que llegan a medir hasta cinco metros de longitud. Contra la aterradora especie, el destino de los Lonergan quedaría sellado. La pareja fue vista por última vez por otros buzos a 12 metros bajo el mar, explorando el ecosistema oceánico de fama mundial, como era su sueño.
Después de poco menos de una hora bajo el agua, los Lonergan regresaron a la superficie para volver al barco, pero el Outer Edge no estaba a la vista: había regresado a Port Douglas sin los dos pasajeros. Sorprendentemente, no fue hasta dos días después cuando se alertó sobre la desaparición del matrimonio.
El propietario de Skipper y Outer Edge, Jack Nairn, encontró la bolsa de buceo de la pareja con su cartera y documentos. La búsqueda de la pareja por parte de la policía y la marina australiana comenzó rápidamente, pero no tuvieron suerte.
Durante los meses posteriores, comenzaron a aparecer objetos relacionados con los Lonergan y se lanzaron comentarios sobre el caso que levantaron controversia, especialmente después de que un informe recogiera que "no era probable" que sufrieran "un ataque de tiburón". Para entonces, las opciones de encontrarlos con vida eran mínimas.
Los abogados del barco llegaron a sugerir que la pareja había desaparecido a propósito, el suicidio y el asesinato-suicidio a manos de Tom, aunque las familias de los Lonergan lo descartaron por completo. En última instancia, el Outer Edge fue responsabilizado y Jack Nairn fue declarado culpable por negligencia.
El forense Noel Nunan, en sus comentarios finales, dijo a la investigación sobre la desaparición que el capitán Nairn debería asumir la mayor parte de la responsabilidad. "El patrón debe estar atento a la seguridad de los pasajeros y garantizar que se lleven a cabo las medidas de seguridad", precisó.
El escándalo incluso provocó un cambio de ley en Queensland que ahora significa que los patrones de botes de buceo deben completar el recuento de todos los buzos a bordo. Y, por supuesto, la desaparición de los Lonergan fue la inspiración para la exitosa película 'Open Water' de 2003, que siguió a una joven pareja estadounidense que se dio por muerta después de una inmersión en el océano.