La ciudad de Járkov, en Ucrania, sigue asediada por los continuos bombardeos de Rusia.Rusia. Su alcalde asegura que no tienen un instante de calma, que sus habitantes malviven como pueden en los refugios bajo esos misiles que no respetan nada. Ya han destruido unas 50 escuelas en esa ciudad.
En el metro de la ciudad no hay un hueco libre. Las mantas se utilizan a modo de cama junto a los tornos, en los andenes, en los vagones. Antes era una forma de desplazarse, pero hoy es su salvación. Allí viven familias enteras, que ocupan un trocito de vagón.
Acorralados y escondidos, pero vivos. Así transcurren los días para ancianos, niños, mujeres y mascotas. La única unión con el exterior está en los móviles cargados, que les aportan la devastadora información de la realidad: saben que Járkov está reducida a escombros.
Esta ciudad hace 15 días era un referente por su industria y cultura, pero los bombardeos no han respetado ni el Museo del Arte.
Las autoridades locales de la región de Járkov han denunciado que el Ejército ruso ha bombardeado un hospital de la localidad de Oskol donde convalecían al menos 330 pacientes, aunque el ataque no ha dejado víctimas.
El ataque ha tenido lugar contra el Instituto Psiconeurológico de la localidad de Oskil, en el centro-este del país y muy próxima al frente de combate de Lugansk, según un mensaje del Servicio Estatal de Emergencia ucraniano para la región de Járkov publicado en su cuenta de Facebook.
La explosión, causada por al menos un proyectil, provocó "la destrucción de los pisos segundo y tercero" cuando "todo el personal de la institución y 330 pacientes (principalmente ancianos y discapacitados) estaban refugiados en el momento del ataque".
Posteriores ataques han causado además daños en "estructuras locales" de varios lugares, han añadido las autoridades.