El principal mercado mayorista de Pekín, Xinfadi, foco de un rebrote de coronavirus el pasado junio, ha suspendido el almacenamiento y la venta de productos congelados y acuáticos ante los repetidos hallazgos del virus en China en los envases de ese tipo.
En los últimos meses, China ha encontrado trazas del virus en embalajes de este tipo de alimentos en varias provincias del país. Todos los productos congelados y acuáticos -pescados y mariscos de mar y de río- han sido retirados de las cámaras frigoríficas de almacenamiento del mercado, a las que se les ha cortado el suministro de electricidad y se les ha sometido a un proceso de desinfección.
Las medidas no afectarán al comercio de cerdo fresco en el mercado, donde se han practicado igualmente pruebas de coronavirus en todos los depósitos e instalaciones de almacenamiento en frío de frutas y vegetales.
El mercado de Xinfadi, con una superficie de más de un millón de metros cuadrados y que suministra más del 70 por ciento de los productos vegetales de Pekín, fue temporalmente cerrado el pasado 11 de juniotemporalmente cerradojunio después de que se detectara coronavirus en unas tablas de cortar salmón de uno de sus puestos y se produjese un rebrote que dejó 335 casos confirmados en la capital.
Más de dos millones de habitantes de Pekín se sometieron a test de covida consecuencia de ese brote, entre ellos unos 100.000 trabajadores de servicios de comida a domicilio, que se consideraron posibles vectores de transmisión del virus.
Un mes después del primer caso, el 11 de julio, las autoridades locales dieron por controlado el rebrote, tanto en Pekín como en otras provincias donde se habían registrado contagios relacionados. El 6 de septiembre se reabrió el área mayorista de vegetales y posteriormente otras zonas bajo estrictas medidas de control de las operaciones.
Se estableció un sistema que obliga tanto a compradores como a vendedores a registrarse antes de entrar al mercado y proporcionar información como la matrícula de su vehículo, la zona del complejo donde realizarán las transacciones o las rutas de entrada y salida.
Asimismo, se les efectúan controles de temperatura en la entrada, donde también deben someterse a un sistema de reconocimiento facial.
En las últimas semanas, China ha detectado trazas de coronavirus en varios empaquetados de productos refrigerados -entre ellos, de carne brasileña y de camarón ecuatoriano-, lo que ha llevado a las autoridades a endurecer las normativas de importación de congelados y su control.
De hecho, el contagio por esa vía de transmisión de dos estibadores del puerto oriental de Qingdaodesencadenó un pequeño rebrote en la ciudad a principios del mes pasado.
Solo en noviembre, cargamentos congelados de pescado indio e indonesio, carne brasileña y otros productos procedentes de Alemania, Rusia y los Países Bajos dieron positivo por coronavirus en las inspecciones, aunque desde julio se han sucedido este tipo de casos en distintos productos desde procedencias diferentes.
La investigadora Gloria Sánchez, del Instituto de Agroquímica y Tecnología de los Alimentos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha asegurado que los tratamientos de cocción son eficaces para inactivar el coronavirus.
"Si nos llega un alimento contaminado, la congelación es la manera de preservar el virus", explica Sánchez quien ha incidido en la importancia de prevenir la contaminación y cocinar bien los alimentos. "Esto es común a todos lo patógenos de transmisión alimentaria, pero el SARS-CoV-2 no se considera de transmisión alimentaria".
La investigadora del Instituto de Agroquímica y Tecnología de los Alimentos ha observado que se han detectado muchos brotes entre el personal de empresas cárnicas, y precisa que cuando no llevan los equipos de protección individual adecuados o no siguen unas buenas prácticas higiénicas pueden estar contaminando, a través de secreciones respiratorias o aerosoles, tanto las superficies con las que tienen contacto los alimentos como los propios alimentos.
Lo que se han detectado, ha precisado la investigadora, son trazas del material genético del virus, por lo que no se puede determinar si son infecciosas o no. "El SARS-CoV-2 y su material genético se mantiene estable durante periodos largos a temperaturas de congelación", ha señalado, y ha aclarado que no hay unos productos (marisco, pescado o carne) más propensos que otros.
A su juicio, cuando peores son las condiciones socio-económicas de un país "mayor riesgo de que las condiciones de trabajo no sean las adecuadas y que trabajadores asintomáticos pudieran contaminar los alimentos o las superficies donde estos alimentos entran en contacto".
Gloria Sánchez ha asegurado que todavía no existen evidencias científicas sobre la transmisión de este coronavirus a través de los alimentos, aunque sí varias noticias que apuntan que se ha detectado, mediante pruebas PCR, la presencia del material genético en algunos de ellos.
"Aun así, si los alimentos se cocinan adecuadamente el virus se inactivaría, así que todo apunta a que la transmisión a través de los alimentos es muy improbable", ha incidido.
La investigadora ha corroborado que el contagio se produce al manipular productos que pueden llegar contaminados de los almacenes, de las fábricas o de los mercados, pero que los alimentos son seguros estén o no congelados, y que hay que maximizar por lo tanto las medidas de higiene en origen y extremar esas medidas de higiene en el hogar.