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A María Corina Machado la conocen de muchas maneras en Venezuela. Es una mujer valiente en un mundo de hombres, el venezolano, que es profundamente machista. Además es la voz, casi única en femenino de la oposición venezolana contra el régimen de Maduro. María Corina levanta muchas y buenas pasiones en el mundo político venezolano, tremendamente polarizado. Esta mujer de camisa blanca y voz melosa es hija de Enrique Machado Zuloaga, al que algunos llamaron “el rey de la chatarra” porque fue el dueño de la empresa SIVENSA, fundada en 1948. SIVENSA se convirtió en la mayor productora de acero de Venezuela hasta que Chávez apareció para expropiar y nacionalizar las riquezas de la familia.
Los chavistas le dicen “Mari Cori” despectivamente. Son los mismos chavistas que recuerdan una y otra vez las frases poco amorosas que el fallecido presidente Hugo Chávez le dedicó en vida: “la burguesita de fina estampa” o “águila no caza moscas” son sus favoritas.
Maria Corina Machado dice hoy, en una entrevista con este diario, que el socialismo bolivariano se lo quitó “absolutamente todo a su familia”. Y que de lo que les quitaron han recuperado “cero”. Cuando lo dice, suspira, pierde la mirada, mantiene la tensión, y de pronto levanta la cabeza y sonríe: “paradójicamente tuvo un efecto liberador”.
Obviamente, después de ese acting de política con solera en la butaca de entrevistas, hay que preguntar porqué es liberador que roben a tu familia un emporio empresarial. Responde certera: “ahora no hay excusas para no dedicarme al ciento cincuenta por ciento a la política de una manera completamente transparente”.
Porque de lo que vive hoy María Corina Machado muchos hablan y se preguntan con más o menos regocijo y maldad. La cuna incomoda. Y su cuna es herencia de lo que en el país caribeño llaman “los amos del Valle”, que son las pocas familias poderosas que dominaron la época de la colonia y el posteriori.
Los Machado Zuloaga empezaron con el cacao, continuaron como comerciantes y en el siglo XX conquistaron la electricidad y la siderurgia venezolanas. Su familia (por el lado de los Zuloaga) era la dueña de la empresa Electricidad de Caracas y (por el lado de los Machado) de la anteriormente mencionada SIVENSA, la número uno en producción de acero. Ambas fueron expropiadas por la Revolución Bolivariana. “Expropiar es robar” diría María Corina en un enfrentamiento marcado para la historia en la Asamblea Nacional con Hugo Chávez.
La política venezolana de 52 años es la "voz femenina en un país de hombres". Pasó su infancia estudiando en la exclusiva la Academia Merici, de las Hermanas Ursulinas. Más tarde, ingresó en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), una universidad conocida en Caracas por ser un centro de formación privado donde acuden los jóvenes a los que se les dice que deben cumplir un propósito (generalmente importante) en la vida casi desde que la alcurnia les vio nacer. En la UCAB estudió ingeniería industrial. En clase eran cinco mujeres y más de setenta hombres.
“Estudié ingeniería para demostrarle a mi papá que, aunque era mujer, podía continuar con su obra y que se sintiese orgullosa de mí”, cuenta. Es la mayor de cuatro hermanas y quiso suplir con su personalidad la ausencia de un hijo varón en un país tremendamente machista. En seguida empezó a trabajar en la empresa familiar y se colocaba el casco de supervisora mientras sus hermanas se iban de vacaciones. Todo iba bien, aunque la política le llamó pronto.
“Mi papá nos enseñó que no hay posibilidad de tener empresas exitosas en un país devastado. Así que él me dijo: “haz lo que te diga tu conciencia”.
María Corina Machado fue electa diputada en la Asamblea Nacional en el año 2010 y las urnas la eligieron como la diputada con mayor número de votos de todo el país. En 2014, el gobierno de Chávez le retiró el curul porque aceptó el cargo de “embajadora alterna” de Panamá ante la Organización de Estados Americanos. El chavismo sostuvo que ambos puestos eran incompatibles según la Constitución venezolana.El oficialismo ha manifestado su interés en que Machado sea juzgada por "traición a la patria", algo que aún no ha sucedido.
Previamente, en 2002 había fundado SÚMATE, una organización civil de consulta ciudadana, y en 2012 creó Vente Venezuela, su partido político de marcado carácter liberal y basado en el “capitalismo popular” de Margaret Thatcher que pretende hacer partícipes a los ciudadanos de las industrias desde el mercado. Es un concepto un poco confuso para un país que no produce casi nada y apenas tiene industrias. En cualquier caso, Vente Venezuela no ha sido legalizado todavía por el Consejo Nacional Electoral.
Vente Venezuela tiene su sede en una casa quinta en el este de Caracas, en un barrio acomodado de la capital de tradición opositora. Sobre cómo se mantiene el partido, Machado responde contundente:
“No he recibido jamás ni un solo dólar de EEUU. Nos apoyan organizaciones liberales de otros países afines y vivimos con la cuota de los militantes, con donaciones y con el trabajo de voluntarios profesionales y muy comprometidos. Ya me habría gustado recibir el apoyo económico de EEUU pero no ha sido así”.
María Corina Machado, que dice que además pone dinero de su bolsillo para mantener a flote Vente Venezuela, fue recibida en el Despacho Oval por el entonces presidente George W. Bush en el año 2005, cuando su fama como política venezolana revolucionaria (de revolucionaria contra la Revolución) iba en ascenso. Y responde sin titubeos ante la pregunta de si alguna vez ha recibido dinero de EEUU para mantener su partido o sus fundaciones porque es una práctica habitual, y además no es ningún secreto para nadie, que en Venezuela, la oposición reciba crédito norteamericano para hacer precisamente eso: oposición.
La USAID (Agencia de EEUU para el Desarrollo) ha reconocido que desde el año 2017 ha entregado 467 millones de dólares a la oposición del país caribeño para sacar del poder a Nicolás Maduro en concepto de “ayuda humanitaria”. Además, tras un acuerdo alcanzado en octubre de 2019, la USAID habría comprometido 128 millones de dólares para “ayudar” a Juan Guaidó y a la Asamblea Nacional “a seguir desarrollando planes para recuperar la economía e implementar servicios sociales durante una transición a la democracia”.
Todo está en su página web en un documento publicado “USAID en Venezuela”. Allí mismo aclara que la Agencia no transfiere los fondos directamente a la “administración de Guaidó” sino que “se otorgan de manera competitiva a organizaciones privadas a través de contratos, donaciones o acuerdos de cooperación”.
Luis Salas, economista venezolano y director de la página web “15yÚltimo” cree que Maria Corina “ha sido muy hábil al conformar algunas ONGs y otras organizaciones políticas como su propio partido que reciben financiamiento internacional. Eso se ha convertido en un modo de vida y una manera de hacer negocios en Venezuela”.
El economista cercano al régimen de Chaves primero y Maduro después, sostiene en entrevista con NIUS que algunos sectores de la oposición conforman “grupos de opinión en centros de pensamiento como la Universidad Católica y reciben financiamiento para investigaciones que luego utilizan como propaganda política. Así nació en un principio el partido Primero Justicia (el partido de Henrique Capriles Radonsky y Julio Borges) o Provea (una ONG venezolana dedicada a estudiar la situación de DDHH en el país)”.
María Corina Machado no es solo hija de un hombre poderoso. También se casó en 1990 con un hombre poderoso: Ricardo Sosa Branger, de familia rica, dedicada a los negocios y descendiente de migrantes alemanes que hicieron plata con el comercio y la importación. La pareja se divorció en 2001 y de su ex marido son sus tres hijos que actualmente viven fuera de Venezuela.
“Fue muy duro criarles bajo amenazas constantes y cuando empezaron a amenazarles a ellos de muerte no lo dudé ni un momento y les saqué del país aunque no querían irse. A mi hija mayor la saqué literalmente a rastras. Ahora hablamos gracias al teléfono y la tecnología. Así pude asistir a su graduación, mirando a través de la pantalla, porque no me dejaron salir”. Lo dice con la voz quebrada. Machado tiene prohibición de salir de Venezuela desde el año 2014, cuando encabezó junto a Leopoldo López las famosas protestas callejeras conocidas como “la Salida” y que terminaron con enfrentamientos entre los partidarios de Maduro con los manifestantes, 43 muertos y fuertes disturbios durante varias semanas. Leopoldo López fue detenido tras entregarse voluntariamente y declararse inocente. López fue encarcelado y durante meses brutalmente torturado. Maria Corina se convirtió en la voz de López en las calles.
María Corina sigue siendo famosa, poderosa y carismática, pero en los últimos años ha quedado relegada a un segundo plano en la política venezolana. De Nicolás Maduro y su gobierno dice que no es una dictadura tradicional sino que se trata de un “sistema de mafias, criminal y terrorista que se ha adueñado de todas las instituciones del país y de las Fuerzas Armadas”.
Pero quizá, sus problemas para mantenerse en la primera línea no vengan por sus críticas a Maduro sino por las críticas a otros sectores de la oposición a los que acusa de mala praxis y de corrupción por haber aceptado dinero del chavismo. La oposición venezolana está dividida, y esa es una de las grandes fortalezas de Maduro.
Con Juan Guaidó también hay reproches. Aunque aplaude su reciente gira internacional, critica su gestión y cree que ha demostrado debilidad porque se plantearon “falsos diálogos que le dieron tiempo a la tiranía”.
¿Qué haría usted si liderase hoy a la oposición venezolana? ¿Si usted fuese Juan Guaidó?: “Lo primero”, dice, “restituir la confianza con los sectores de la sociedad que han sido convocados una y otra vez a la movilización pero que a la hora de la verdad se les ha decepcionado”.
La lideresa también está a favor de más sanciones y acciones que bloqueen el actual régimen de Maduro.
¿Y qué va a pasar este 2020? : “Lo que va a pasar es la lucha cada vez más consciente”.