El capitán del Open Arms, el otro Papa Noel: "Celebrar la Nochebuena con estos niños es fantástico"
Están siendo las Navidades más alegres de sus vidas y lo demuestran cantando y jugando como nos cuenta Marc Reig, capitán del Open Arms: "Ayer estuvimos celebrando varias actividades en cubierta con los niños, celebrando la Navidad. Muy contentos. El ambiente es fantástico".
Sobre todo para los pequeños supervivientes, a los que esta peligrosa aventura les viene grande. Aunque no tanto como para quedarse sin sus más que merecidos regalos. La tripulación les ha enseñado el tradicional Tió de Nadal catalán y aunque alguno no han comprendido el juego todos han tenido su sorpresa navideña. Unos cuentos que bien podrían narrar historias como la del Open Arms. "Estamos dando comida a 300 personas. Estamos un poco cansados porque la faena es dura pero con muchísima ilusión", relata el capitán. El barco español que salvó la vida de más de 300 personas y que sigue recibiendo provisiones rumbo a Algeciras espera tener un final feliz.
Una Nochebuena inolvidable
Sí, ha sido una Nochebuena plena en el buque de la ONG Proactiva Open Arms. Por un día nadie ha pensado en el cansancio, el frío y las duras condiciones a las que se enfrentan cada día. Los rostros de los niños solo tienen sitio para las sonrisas. Primero al cantar el 'caga tió' por primera vez en su vida, esa tradición catalana en la que se golpea a un tronco para que cague regales. Con unos gorros de Papa Noel en la cabeza solo ver unos libros de dibujos los niños se vuelven locos.
Poco es mucho en sus vidas y nos ponen ante el espejo de la realidad de estos pequeños, para los que ya es un regalo no pasar hambre y frío. Sí, ha podido ser la mejor Navidad para los 137 menores que viajan a bordo del Open Arms, cuya tripulación está haciendo más que muchos Gobiernos. Sus sonrisas también demuestran que compensa. Que ver la cara de esos niños sonriendo tras una travesía de muerte (en muchas ocasiones los bebés se lanzan muertos desde las lanchas) merece la pena. Como si de una gran familia se tratara, niños y mayores han unido sus voces para cantar villancicos y olvidarse de los malos momentos.
Todo muy simple. Bajo el tronco no había grandes tesoros ni el último videojuego del mercado, ni la muñeca agotada. Había lápices de colores y libros para colorear. Suficiente para provocar los gritos de los más pequeños. El significado de la Navidad se ha hecho realidad en el Open Arms.