"Los niños deben ir a la escuela y no ser explotados financieramente", ha defendido el Comité Nobel, subrayando que "en los países pobres, el 60 por ciento de la población actual tiene menos de 25 años".
Para que haya un desarrollo global pacífico deben respetarse los derechos de niños y jóvenes, ha argumentado el Comité, justificando así el galardón concedido a los dos activistas del subcontinente indio.
En el caso de Satyarthi, ha resaltado que "mostrando gran valor personal" y siguiendo la tradición de Gandhi, "ha liderado varias formas de protesta y manifestación, todas pacíficas, centrándose en la grave explotación de los niños para obtener beneficios financieros". Asimismo, "ha contribuido al desarrollo de importantes convenciones internacionales sobre los derechos de los niños".
Kailash Satyarthi, ingeniero informático indio, lleva casi 30 años denunciando la explotación infantil en su país.
En cuanto a Malala, "pese a su juventud", lleva años luchando "por el derecho de las niñas a la educación y ha mostrado con su ejemplo que los niños y los jóvenes también pueden contribuir a mejorar sus propias situaciones". Además, ha resaltado el Comité Nobel, "lo ha hecho bajo las más peligrosas circunstancias". "Mediante su lucha heroica se ha convertido en una destacada portavoz de los derechos de las niñas a la educación", ha añadido.
Malala fue tiroteada por los talibán por defender la educación de las mujeres en su país, Pakistán. Recibió un tiro en la cabeza en octubre de 2012, cuando tenía 15 años y cuando regresaba del colegio. En ese momento se convirtió en un icono internacional.
Por otra parte, según ha explicado al realizar el anuncio el presidente del Comité Nobel Noruego, Thorbjon Jagland, se ha considerado "un punto importante que un hindú y una musulmana, un indio y una paquistaní, se unan en la lucha común por la educación y contra el extremismo".
Tras resaltar que gracias a la lucha también de otras personas e instituciones, hay 78 millones menos de niños que trabajan en el mundo que en el año 2000, aunque todavía hay 168 millones, el Comité Nobel Noruego ha incidido en que "la lucha contra la opresión y por los derechos de los niños y adolescentes contribuye a la realización de la 'fraternidad entre naciones' que Alfred Nobel menciona en su testamento como uno de los criterios para el Nobel de la Paz".