No hay destino en el mundo más exclusivo que el abismo Challenger. Conocido también como el Gran Agujero Azul, esta espectacular sima se encuentra en las profundidades del Océano Pacífico, cerca de las Islas Marianas.
Sólo unos pocos pueden permitirse el viaje. Científicos y millonarios han sido los afortunados que han podido descender los casi 11 kilómetros que hay que recorrer para llegar al punto más profundo del planeta. Uno de ellos ha sido Richard Garriott, un magnate de la industria de los videojuegos y amante de las aventuras extremas. Con esta última odisea se ha apuntado un récord. “Soy el primer hombre que ha viajado de polo a polo, ha estado en el espacio y además en el punto más profundo de la Tierra”, cuenta el empresario. Hijo de un astronauta de la NASA, Garriott fue el sexto turista espacial de la historia.
Este aventurero nato se sumergió en una expedición dirigida por Víctor Vescovo, un explorador estadounidense. Lo han hecho en el interior de una cápsula de titanio, capaz de soportar una presión descomunal. A 10.908 metros de profundidad, más de lo que mide el Everest, todo es oscuridad y las temperaturas son bajas. Hay todo un ecosistema que, lamentablemente, a pesar de la enorme distancia, tampoco escapa a la contaminación humana. Se han encontrado microplásticos en el interior de los cuerpos de anfípodos.
Ahora Garriott forma parte de esa pequeña élite que ha tocado el corazón del mar. El director James Cameron también es parte de ese grupo. En 2012 se sumergió hasta tocar el fondo del Challenger. Una titánica hazaña si tenemos en cuenta que lo hizo en completa soledad.