El Gobierno francés anunció este jueves que hará test sistemáticos en zonas consideradas de riesgo para identificar posibles focos latentes de la COVID-19. El ministro de Sanidad, Olivier Véran, indicó en una entrevista en el diario "Le Monde" que la fase de experimentación comenzará en la región parisina antes de extenderse a otras zonas de Francia en función de la respuesta que reciban por parte de la ciudadanía.
Cerca de 1,3 millones de personas de 30 municipios de Île-de-France recibirán bonos de la seguridad social para hacerse de forma voluntaria una prueba virológica (PCR) en el laboratorio de su elección aunque no hayan tenido síntomas. Según Véran, se quieren detectar focos latentes, entre personas asintomáticas, y evaluar las diferencias entre territorios sobre la circulación y el impacto del virus.
Francia ha registrado desde el inicio de la epidemia 29.731 muertes, de las que 19.243 se produjeron en hospitales y el resto en residencias de ancianos y centros de dependencia, y 161.348 casos confirmados. Aunque el pico de marzo y abril se da por superado, el país se prepara ahora con ese tipo de medidas a la llegada de una posible segunda ola.
Verán detalló que se está reforzando la reserva nacional de medicamentos de reanimación y la capacidad de las unidades de cuidados intensivos (UCI). Durante la primera ola los hospitales llegaron a habilitar 4.000 nuevas camas en las UCI, hasta un total de 9.000, y de cara a un hipotético rebrote el Gobierno quiere que estén en capacidad de movilizar hasta 12.000 camas.
"Hacemos todo para evitar tener que volver a confinar el territorio", añadió el ministro de Sanidad, que no descarta imponer nuevas restricciones en determinadas zonas en caso de necesidad o incluso volver a decretar el estado de emergencia sanitaria, del que se saldrá el 11 de julio.