Lothar Maier, diputado del partido Alternativa para Alemania : “Salir de la UE sería una absoluta tontería”
Este diputado del partido Alternativa para Alemania (AfD) plantea a NIUS cómo su partido afronta las elecciones generales de septiembre
“Un tinglado bastante complicado”. Así describe Lothar Maier (Wolfach, 1944) su carrera.
Este diputado del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) se curtió políticamente durante casi veinte años en el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD). La evolución de este partido progresista, sin embargo, expulsó a Maier. Por eso él explica a NIUS en esta entrevista cómo afronta AfD las elecciones generales alemanas del próximo 26 de septiembre.
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Él es de los que piensan que su partido podría mejorar incluso el resultado que AfD lograba en 2017, año en que la formación entró en el Bundestag. Los últimos sondeos, sin embargo, atribuyen a su formación algo menos, entre un 11% y un 12%.
A Maier le cuesta ver que AfD contemple en su programa electoral la salida de la Unión Europea.
“No planteamos la salida de la UE. Lo que decimos es que si no podemos tener éxito en nuestra idea de limitar la soberanía europea, sólo en este caso, se puede discutir la salida de la UE. Pero esta salida no se va a producir. Sería una absoluta tontería”, dice este veterano político que en su día estudió ciencias políticas en España.
“Mi tesis doctoral se llamó 'El camino de España hacia la democracia'. Pasé dos cursos académicos en la Universidad de Madrid, a finales de los años 60 y en el 71. En este tiempo conocí a personajes importantes de la política española, como Enrique Tierno Galván o Raúl Morodo. Y también, aunque de manera más superficial, a Adolfo Suárez”, cuenta Maier.
Autodefiniéndose como “conservador-conserador”, Maier compara a su partido con Vox en España. Este diputado de AfD da a entender que su formación es víctima del mucho ruido que hace el sector más derechista de su partido. Ese ala de AfD es la que está constándole a su formación el que la Oficina de Protección de la Constitución – los servicios de inteligencia del Ministerio del Interior – valore poner al partido de ultraderecha bajo vigilancia por “anticonstitucional”.
“Hay unos elementos dentro del partido que son minoritarios y que son derechistas pero que se presentan siempre con la voz muy alta”, reconoce Maier, antes de defender a Timo Chrupalla y Alice Weidel, los líderes de su partido en la campaña electoral. “Ambos son políticos con los que mantengo una relación muy cercana y puedo decirle que son dos auténticos demócratas y no derechistas”, señala.
P: Usted tiene una larga carrera política como miembro del SPD. ¿Cómo explica el cambio que le ha llevado a AfD?
Yo no he cambiado mucho mis posiciones políticas. El que ha cambiado sus posiciones políticas es el SPD en Alemania. Hay razones de política interior y exterior que me han llevado a hacer ese cambio. Le hablaré de política exterior porque es mi tarea hablar de estos temas como miembro de la Comisión de Asuntos Exteriores del Bundestag y porque este miércoles hay reunión extraordinaria por lo ocurrido en Afganistán. La política del SPD y también de otros partidos en el parlamento alemán de transferir cada vez más y más elementos de soberanía hacia Bruselas no va en el interés de Alemania.
La UE y sobre todo el mercado único son algo irrenunciable, no cabe duda. Pero yo no quiero, ni mi partido quiere, que la UE se convierta en un estado dentro del cual las naciones serían como provincias. Esto no va en el interés de la naciones ni de la propia UE. Eso sería fracasar. La fuerza de la UE viene de sus múltiples culturas. Esa es la verdadera riqueza de Europa. Reemplazarlo todo por un sistema único y centralizado no es aceptable desde mi punto de vista.
P: Su partido plantea en su programa la salida de la UE. ¿No es cierto?
Hay una decisión de un congreso en Sajonia en la que, por sorpresa de muchos, se tomó esa decisión. Pero esa no es mi política ni la de la mayoría de los miembros del partido. Lo que hay que hacer es limitar la soberanía de la UE y mantener la soberanía de los estados. La UE debe de ser, a mi juicio, un elemento complementario a los estados nacionales. Pero no debe reemplazar a los estados nacionales.
La política obvia que sigue la UE es transformarse en un auténtico estado todavía más centralizado que Estados Unidos. Esto es lo que no queremos en AfD. Lo que queremos es la cooperación estrecha dentro de la UE. Eso lo tenemos que mantener. Yo he trabajado como experto en muchos proyectos de la UE y la conozco bastante bien. Y por eso sé que tiene ese afán de atraer cada vez más elementos de soberanía de los estados nacionales.
P: Entiendo que esa puede no ser su política. Pero en el programa electoral de su partido, porque se votó así en Sajonia, se votó que AfD ofrezca a los electores apoyar un proyecto en el cual se plantea la salida de la UE. Eso es así.
No planteamos la salida de la UE. Lo que decimos es que si no podemos tener éxito en nuestra idea de limitar la soberanía europea, sólo en este caso, se puede discutir la salida de la UE. Pero esta salida no se va a producir. Sería una absoluta tontería.
Hay un paralelismo entre nuestra historia y la de Vox en España.
P: En su partido, ¿Cuánta gente hay como usted, socialdemócratas que ahora han pasado a apoyar a AfD? Suele decirse que AfD surge, sobre todo, de la marcha de decepcionados de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Angela Merkel.
Hay gente que dice que la AfD de hoy es la CDU de hace veinte años. Hay un paralelismo entre nuestra historia y la de Vox en España, un partido que consiste básicamente en antiguos miembros del Partido Popular decepcionados por la política del partido durante el liderazgo de Mariano Rajoy. Por su parte, el antiguo SPD ha sido un partido democrático y, hasta cierto punto, también conservador. Por ejemplo, tome el caso del canciller de Helmut Schmidt, entre otros. Con ellos yo me podía identificar totalmente. Pero no lo puedo hacer con personas como son hoy los presidentes del partido, la Señora Saskia Esken o el Señor Norbert Walter-Borjans. Ambos son personas que casi nadie conoce en Alemania.
El candidato a canciller del SPD, Olaf Scholz, el ministro de Hacienda y vicecanciller, lo conozco por haber tenido algunos encuentros con él. Es una persona poco atractiva. Si uno coincide con él en una reunión, uno tiene la necesidad de buscar la sal y la pimienta. Porque es un burócrata total, incapaz de liderar espiritualmente a una nación. Los lideres de un partido deben de prestar un liderazgo de estas características. Lo mismo le pasa a la Señora Annalena Baerbock, la candidata a canciller de Los Verdes.
P: Tampoco se puede decir que los candidatos que lideran la campaña de AfD gocen de buena prensa. Me refiero a Timo Chrupalla y Alice Weidel. Se dice de ellos que son radicales.
A los dos los conozco muy bien. Ambos están muy lejos de ser radicales. Lo que pasa en AfD ocurre en todos los partidos: hay corrientes dentro de nuestro partido. Hay una corriente liberal-conservadora, otra corriente conservadora-conservadora y otra corriente minoritaria, más o menos, derechista. Yo me considero afiliado a la corriente conservadora-conservadora, con elementos liberales. Pero no se puede decir que AfD sea exclusivamente derechista. Si eso fuera cierto, yo no sería miembro de este partido.
P: Su partido llega a las elecciones de septiembre con esa amenaza de la Oficina de Protección de la Constitución, los servicios de inteligencia del Ministerio del Interior, de ser puesto bajo vigilancia por su extremismo de derechas. Esa vigilancia ya es una realidad en varios Länder
Hay unos elementos dentro del partido que son minoritarios y que son derechistas pero que se presentan siempre con la voz muy alta. La atención de la prensa está concentrada en estas personas que no representan bien el partido. Sobre Chrupalla y Weidel, ambos son políticos con los que mantengo una relación muy cercana y puedo decirle que son dos auténticos demócratas y no derechistas. Es curioso, a cada congreso que celebra nuestro partido, se dice que giramos a la derecha. Con tantos movimientos a la derecha, deberíamos haber llegado ya al borde del sistema político, lo que no ha ocurrido.
P: Al principio de la entrevista hablábamos del programa de AfD respecto a Europa. A su entender. ¿Qué puntos del programa de AfD cree usted que son más atractivos para los votantes?
El punto más importante, creo, es el que toca a ese sentimiento de parte de la población según el cual el estado es, cada vez más, incapaz de resolver los problemas más urgentes del país. Lo hemos visto con el desastre de Afganistán, con la incapacidad de los responsables de la política exterior de Alemania. Lo vimos en la incapacidad ante las inundaciones en Renania del Norte-Westfalia y Renania Palatinado. También en la incapacidad de llevar a cabo una política coherente en el combate contra la pandemia. Hay muchos otros temas.
P: ¿Por ejemplo?
La política sobre el cambio climático. Todos los partidos aquí han adoptado las políticas más radicales de Los Verdes. Son elementos que no reflejan el interés de la mayoría de la población. Y los sondeos muestran que cada vez son más los ciudadanos que manifiestan una falta de confianza en los órganos del estado. Lo curioso es que esto, hoy por hoy, no se refleja en los resultados de los comicios.
P: Respecto a la política de medioambiente, su partido plantea un 'blue deal' que se opone al 'blue dealgreen deal
Sobre la política energética y lo que toca la energía eléctrica, viendo lo que plantean SPD y Los Verdes, habría que desarrollar al máximo las energías renovables. El resultado de esto es que se construyen, cada vez más, molinos eléctricos y paneles solares. Pero el suministro de energía, para la industria y los hogares, es cada vez más difícil. Los expertos pronostican que en no mucho tiempo habrá apagones enormes en Alemania. Al mismo tiempo, la energía eléctrica es aquí la más cara de toda Europa.
En política energética, hay recursos más prometedores que la energía eólica o la solar.
El resultado de esto es que cada vez hay más industrias que dejan de producir en Alemania. Se van a Europa del este, se van a China u otros continentes porque aquí no encuentran un clima económico lo suficientemente aceptable para ellos. En política energética, hay recursos más prometedores que la energía eólica o la solar. Por ejemplo, la energía de reactores de fusión. Hace meses estuve viendo el reactor experimental de fusión nuclear en Greifswald. Allí son capaces de mantener la fusión de este reactor durante 15 ó 20 minutos. Están muy cerca de lograr la producción de energía eléctrica a gran escala. Creo que hay que fomentar este tipo de conceptos, mucho más que los molinos eólicos.
P: El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU volvía a incidir en la intervención humana como causante del cambio climático. ¿No es eso un varapalo para AfD y sus idea sobre el medioambiente?
Yo no soy un experto de cuestiones de medioambiente. Hay muchos autodenominados expertos en esta materia. Lo que yo veo es que hay una política oficial en lo que respecta al cambio climático que se basa en unos conceptos que no son los únicos que hay. Hay otros grupos de científicos que tienen otros puntos de vista y que no aceptan los pronósticos que recibimos oficialmente. Todos estos conceptos que no corresponden con la política oficial no son considerados. Lo mismo pasa en el debate contra la pandemia. Hay grupos de virólogos, bacteriólogos y etcétera que mantienen otros conceptos diferentes a los oficiales, sobre todo a los del Instituto Robert Koch [agencia federal de prevención y control de enfermedades, ndlr.]. Pero este contraste de pareceres, como es natural en la ciencia, no es respetado ni acepto en los medios oficiales.
P: ¿No habría que seguir, en cualquier caso, aunque exista un debate como es natural en la ciencia, las indicaciones que se dan desde el consenso científico?¿No debería de ser ese consenso la línea directriz, más allá de que haya un debate?
Por supuesto, la política debe basarse en conocimientos científicos. Pero no puede haber una interpretación demasiado tendenciosa de los resultados de la ciencia. La política tiene que reflejar el total de la discusión. O, mejor dicho, tiene que respetar esa discusión del sector científico. Y no apoyarse en una tendencia que le parezca útil a la política del estado.
P: La lucha contra la pandemia ha llevado a que en Alemania se hable de que el país se ha convertido en una “dictadura”. En AfD se ha escuchado esa expresión. ¿Han convertido a Alemania las medidas anti-COVID-19 en una dictadura ?
El término dictadura es exagerado. No es conveniente su uso para la situación actual. Una situación en la que derechos civiles básicos se restringen como lo están siendo no es algo que fuera imaginable hace tan sólo dos o tres años. Actualmente tenemos demasiadas limitaciones en lo que respecta a expresarse o manifestarse en público. La evolución actual es bastante peligrosa pero no se puede hablar de dictadura. Eso es exagerado. Pero los que hablan de dictadura por la COVID-19 me parece que son gente que han conocido las auténticas dictaduras en el este de Europa, o en España, hasta 1975.
P: Ahora parece hablar usted más como el politólogo que estudió las estructuras y movimientos de resistencia a la dictadura franquista en España.
Mi tesis doctoral se llamó “El camino de España hacia la democracia”. Pasé dos cursos académicos en la Universidad de Madrid, a finales de los años 60 y en el 71. En este tiempo conocí a personajes importantes de la política española, como Enrique Tierno Galván o Raúl Morodo. Y también, aunque de manera más superficial, a Adolfo Suárez. Era un periodo sumamente interesante. Pero no hablemos de los años 60 y 70, sino de lo que pasa ahora.
Sabemos muy bien que la única vía para llegar al gobierno algún día será a través de coaliciones con la CDU y, tal vez, con los liberales.
P: Precisamente ahora Alemania se esta despidiendo de la canciller Angela Merkel. En AfD siempre se ha dicho eso de que “Merkel debe irse”. Ahora que Merkel se va, ¿No van en AfD a tratar de establecer puentes con la CDU para llegar al gobierno?
Sabemos muy bien que la única vía para llegar al gobierno algún día será a través de coaliciones con la CDU y, tal vez, con los liberales. La política oficial de la CDU hasta ahora es no mantener ningún contacto con AfD. Pero, por debajo de esta postura, hay muchos contactos entre personas de AfD y de la CDU. En la CDU saben muy bien que tienen sólo dos alternativas para el futuro.
O empujar a su partido más a la izquierda, para poder establecer nuevas coaliciones con el SPD, Los Verdes e incluso los antiguos comunistas de Die Linke o, por otro lado, tratar de establecer una base de trabajo aceptable con AfD. A lo mejor no a nivel nacional, pero en Länder del este de Alemania se plantea la perspectiva de un gobierno de la CDU con AfD o un gobierno minoritario de la CDU apoyado por AfD. Personalmente, yo tengo una amplia gama de contactos con políticos de la CDU. Pero no son contactos oficiales.