El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, lleva más de un año atrapado en su propia promesa electoral: deshacerse del avión que usaba su predecesor, Enrique Peña Nieto -icono de todos los excesos- para cambiarlo por medicinas para el pueblo. A ese gesto solo se le puede poner un pero: nadie quiere la aeronave.
Y después de lanzar varias propuestas –venderlo en multipropiedad a varios empresarios, alquilarlo… tras un año acumulando polvo en un aeródromo de California-, parece que la que va tomando forma es la de un sorteo. Que primero era del propio avión, hasta que los burócratas descubrieron que las leyes mexicanas solo permiten que la Lotería Nacional reparta premios en metálico.
Así que el presidente de MORENA ha cambiado de plan (por ahora): el 15 de septiembre se realizará el "sorteo mayor de la Lotería Nacional equivalente al avión presidencial". Las papeletas se llaman "cachitos" y su coste es de 500 pesos (25 euros).
Así las cosas, y para animar la rifa, AMLO invitó a cenar, “sin compromiso”, tamales de chipilín a 150 empresarios –con Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del mundo, a la cabeza- para explicarles sus planes. Y para entregarles el impreso donde podían apuntar –“sin compromiso”, hay que insistir- la cantidad que estaban dispuestos a poner en juego.
Carlos Loret de Mola, uno de los periodistas más influyentes del país norteamericano (8,2 millones de seguidores en Twitter), ha publicado en sus redes sociales la carta que se entregó a los empresarios en esta cena en el Palacio Nacional, que fue amenizada por los niños de San Ildefonso locales, que simularon una tómbola.
“Por medio de la presente, manifiesto mi compromiso para participar de manera voluntaria en la compra de billetes de Lotería Nacional”… en cantidades que van, en cuatro tramos, de los 20 millones de pesos (un millón de euros) a los 200 millones (diez millones de euros), y una cuenta donde realizar el ingreso.
El cartel anunciador explica muy gráficamente la contabilidad creativa del presidente mexicano:
En la letra pequeña del documento que se entregó a los empresarios se asegura que los datos personales que se registran “serán utilizados única y exclusivamente para fines informativos”. El objetivo es recaudar en torno a cien millones de euros para destinarlo a hospitales.
Siguiendo con las ocurrencias, AMLO -que el pasado enero creó el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (INDEP)- pretende que los empresarios repartan ahora boletos entre sus trabajadores o que los regalen en sus comercios.
¿Y el final del cuento? El avión (un Boeing 787 Dreamliner equipado con sala de juntas, cama king-size y un baño de mármol) sigue a la venta. "El pueblo podrá visitarlo".