La solidaridad con Ucrania está siendo inmensa. Lo que allí ocurre lo están siguiendo con especial atención los padres de acogida que temporalmente reciben en sus casas a niños de aquel país. Están centrado todos sus esfuerzos en poder traerles aunque está resultando muy complicado.
Era el primer día de la invasión, Karolina, una niña de 12 años, ve pasar la guerra desde su ventana. Esas fueron las últimas imágenes que mandó a Pablo y Lola, sus padres de acogida en España. "Ese mismo día por la mañana fue cuando nos mandó un mensaje ya ha empezado la guerra y nos mandaba esos videos y esas fotos", comenta Pablo, su padre de acogida.
"Lo primero que me dijo la última vez que hablé con ella fue que les habían cortado la luz en todo el pueblo y ya desde eso momento no sabemos nada", declara Lola, su madre de acogida en España. Lola y Pablo apadrinaron a Karolina y, desde entonces, pasa con ellos las vacaciones en España.
Para Pablo y Lola, Karolina es "como un miembro más de la familia". "Es una niña supereducada y superobediente", comenta la pareja. Hace 4 días toda comunicación con ella se cortó.
"Ella comenzó a escribirme con esto de la guerra que estaba aterrorizada y yo le preguntaba '¿hay comida, tenéis agua?' Y ella me dijo que 'no, que no había comida ni agua'", comentan angustiados la pareja que busca cualquier posible comunicación con la niña.
"Es una angustia tremenda. Toda esa zona de allí... los rusos lo tienen totalmente ocupado y están amenazando a la gente con que si se salen de sus casas pues... te disparamos", declara con temor la familia. Por eso, su objetivo, ayudados por una ONG, es traer de vuelta a Karolina y su familia.
Pablo, el padre de acogida de Karolina en España comenta cuál es su único deseo ahora mismo: "La idea nuestra es sacarlos de allí y que estén aquí lo que dure el conflicto".
Por otro lado, la hermana mayor de Karolina, se encuentra en Bélgica con unos españoles. Ella tampoco tiene nuevas noticias ni de su hermana ni de sus propios padres.
Este es el sentir de muchas familias ucranianas. Otro ejemplo es el de Olga que está a salvo en Asturias, pero tiene el corazón en un puño ya que sus padres han llegado a la frontera polaca pero su hermano continúa en Ucrania. Ellos mismos confían en que consigan escapar del horror de la guerra.