Una turba enfurecida formada por los vecinos de un pueblo de Kenia ha matado a un hombres después de que éste confesara haber asesinado a al menos una decena de niños desde el año 2016.
Antes de que la Policía pudiera actuar, un numeroso grupo de personas decidió tomarse la justicia por su mano y acabar a palos con la vida del asesino confeso. Las imágenes del suceso muestran como varias decenas de personas armadas con largos palos de madera se encaran con un hombre al que empiezan a propinarle fuertes golpes.
Durante meses, el hombre asesinado se hizo pasar por un entrenador de fútbol para acercarse a los menores y más tarde acabar con sus vidas. Todavía se desconoce si antes de asesinar a los niños el criminal abusó sexualmente de ellos.
La Policía había iniciado un dispositivo de búsqueda y captura pero los vecinos del pueblo decidieron llevar a cabo su venganza tan pronto como se supone que el asesino confeso se había escondido en casa de sus padres.
El pasado día 13, Masten Wanjala, de veinte años de edad, consiguió escapar de la comisaría de Nairobi en la que tenía que esperar para testificar frente a un tribunal. Después de escaparse, el criminal consiguió cruzar el país hasta llegar al condado de Bungoma, no muy lejos de la frontera con Uganda. Desde el Departamento de Defensa del país africano han lamentado que el criminal no haya podido declarar ante la justicia para cumplir una pena después de haberse sometido a un sistema garantista.