El líder talibán Abdul Ghani Baradar se ha convertido de facto en el máximo dirigente de Afganistán después de que el país haya sido tomado por el grupo islamista radical que durante 20 años libro una guerra con Estados Unidos y otros países de occidente que ahora ha llegado a su fin.
En febrero del año 2010 una redada militar coordinada por la inteligencia estadounidense acorraló y capturó a Abdul Ghani en el sur de Pakistán. Ocho años después el Gobierno afgano anunció su liberación a petición Estados Unidos como parte de los acuerdos para lograr la paz en el país asiático.
A sus 53 años, Ghani se ha puesto al frente de Afganistán después de tomar la capital Kabul y alzarse como el gran líder militar de la campaña contra la superpotencia americana. Durante su juventud, Adbul Ghani formó parte de las milicias de los muyahidines con las que se enfrentó al ejército de la Unión Soviética en la década de los 80.
Tras la caída del gobierno comunista que se instauró en el país tras la retirada de la URSS, Ghani se unió a Mohammad Omar con el que fundó un movimiento de jóvenes islamistas para la "purificación del país" y la creación de un "emirato islámico de Afganistán": el Talibán.
De una manera similar a la conquista del pasado domingo 15 de agosto, los Talibanes lograron hacerse con el control de Afganistán en 1996 con Ghani Baradar como uno de los máximos dirigentes. Durante los años que estuvieron en el Gobierno antes de la guerra, el líder talibán llegó a ocupar responsabilidades políticas de primer nivel entre las que se encontraba el cargo de viceministro de Defensa y principal coordinador del "ejército" talibán.
Según publican medios internacionales como The Guardian, Adbul Ghani Baradar pertenece a la rama de los talibanes que se mostró abierto al diálogo durante las conversaciones de paz de los últimos años. No obstante, desde Estados Unidos se le temía por su gran capacidad para la guerra por lo que se apostó por su detención en el año 2008. Una operación conjunta entre el ejército de Pakistán y la inteligencia de Estados Unidos logró arrestarlo en la región de Karachi.
Con la llegada de Donald Trump al poder tras las elecciones presidenciales de 2016, Estados Unidos cambió de parecer sobre Baradar y pidió su liberación para que pudiera participar en las conversaciones de paz. Esta creencia llevó a las autoridades de Pakistán a ponerlo en libertad en octubre de 2018 pero las charlas para "repartir" el poder en Afganistán no llegaron a buen puerto. Tras la ofensiva de la última semana, Abdul Ghani Baradar, artífice del éxito de los Talibanes, ha demostrado ser un gran estratega esperando el momento perfecto para hacerse una vez más con el control de Afganistán.