Las tropas de Rusia, lejos de cumplir con lo dicho sobre centrar los esfuerzos en el Donbás, siguen bombardeando ciudades de toda Ucrania. Entre los nuevos objetivos, depósitos de combustible e instalaciones militares. La localidad de Leópolis (Lviv), cerca de la frontera polaca, sufrió dos ataques este sábado con misiles crucero de alta precisión.
El Ejército del Kremlin, en los dos ataques, empleó seis misiles de precisión que fueron lanzados desde el Mar Negro. El primer ataque se produjo en la mayor planta de combustibles de la ciudad, donde hay grandes depósitos. Algunos de ellos fueron destruidos tras la caída de tres misiles.
El ataque se produjo a escasos metros de un bloque de viviendas, ya que la planta está en el centro de la ciudad. Este domingo se ha podido ver la entrada y salida de varios camiones cisterna para sacar los depósitos que no resultaron dañados y trasladarlos a otros puntos más seguros del país.
Unas horas más tarde del primer ataque, sobre las 18:30 horas (hora local) se produjo la segunda ofensiva rusa, al sur de la ciudad, que resultó afectar a un centro de reparación de tanques. Las fuerzas ucranianas siguen evaluando los daños.
Al margen de la afectación de los dos ataques en cuanto a la logística, la caída de los misiles en Leópolis tuvo un fuerte impacto psicológico sobre la población, ya que la ciudad hasta ahora era considerada un lugar seguro.