Han visto morir a su hija por coronavirus con solo 25 años. "Tomaos en serio el virus porque os puede matar siendo jóvenes", es el resumen de su mensaje a todos los que se saltan las normas o no se toman en serio el coronavirus. La historia la ha desvelado The Guardian. No es solo en España donde muchos son los que no se toman en serio el virus, dando por hecho que su perfil no les hace ser víctimas graves.
Los jóvenes no son inmunes al coronavirus como muchos de ellos creen. De hecho, esa es una de las grandes preocupaciones de la Sanidad en todo el mundo. Sin embargo, a pesar de lo repetido estos mensajes no terminan de calar en los chavales que se contagian en grupo y, lo que es peor, se llevan el virus a casa infectando a los más vulnerables. A los adolescentes les cuesta entenderlo, porque tienen el cerebro bombardeado, "cortocircuitado", un estado propio de esa edad, pero no se puede tirar la toalla dada la gravedad de la situación. Nada de fiestas, botellones, reuniones en casa... el resultado puede ser la muerte.
Lauren Jones, trabajaba como administradora en una consulta médica en Gales del Sur. Murió en el hospital Royal Glamorgan con sus padres, Paul y Karen, junto a su cama. Jones, oficial de policía, aún estaba incrédulo. "Mi hija enfermó y murió tan rápido que ni pudo combatir. Si la gente piensa que este virus no los afectará de ninguna manera, entonces no lo están viendo de manera realista. Cualquiera puede verse afectado por este virus sin importar la edad. Puede tener efectos devastadores en una persona y su familia". Es su mensaje para los jóvenes.
“Queremos que esta pandemia desaparezca. Desafortunadamente, Lauren no tendrá el beneficio de ver el futuro, pero si el mensaje de lo que le sucedió puede salvar otras vidas, entonces eso es realmente lo que queremos transmitir. Todo fue una sorpresa para todos. La gente simplemente no se da cuenta de lo que puede pasar con este virus. Es un virus horrible. Se está cobrando vidas y también puede acabar con vidas jóvenes.
Jones, su hija y esposa, trabajadora del NHS, dieron positivo por Covid-19 en diciembre y ambos padres tuvieron breves períodos en el hospital. Los tres se sintieron mal en Navidad de nuevo, ni siquiera fueron capaces de abrir los regales. Lauren le dijo a su padre que pensaba que debería ir a que la revisaran en el hospital. El señor Jones vio a su hija cruzar las puertas del hospital y esperaba que volviera a casa ese mismo día. La retuvieron y al día siguiente telefoneó a su madre, diciéndole que había comido un helado y bebido un poco de agua y que iba a estar conectada a una máquina para ayudarla a respirar. Les dijo a sus padres que no se preocuparan.
Pero el siguiente mensaje del hospital vino de los médicos advirtiéndoles que la vida de Lauren estaba en peligro. Jones dijo que nunca olvidaría las palabras del médico: "Dijeron que simplemente prolongaría lo inevitable y Lauren no sobreviviría a la noche". Murió el 30 de diciembre. Los regalos de Navidad seguía ahí, sin abrirse.
Lauren tenía una afección llamada síndrome de dolor regional complejo en el pie, lo que significaba que usaba muletas. También tenía presión arterial alta, pero sus padres dicen que no creían que tuviera un alto riesgo de Covid-19. Como Lauren trabajaba para una consulta médica y su madre trabaja para el NHS, ambos podían recibir pronto una primera vacuna.